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viernes, septiembre 20, 2024

Un tigre que no llega ni a gato

Reportajes

Quiere ser presidente municipal de Pochutla por cuarta vez. La última que lo intentó fue agredido y puesto en apuros por, según él dijo, una de las aspirantes al mismo cargo. Desafortunadamente, en esos hechos, un ciudadano resultó herido de gravedad y muerto en lo posterior. Pero la responsabilidad de Carmona va más allá de sus aspiraciones y logros, pues con él comenzó a fluir el dinero ilegal en las campañas políticas. Hecho que se sigue dando sin que ocasione preocupaciones o pendientes en quienes gobiernan municipios y el mismo Estado. Lo cierto es que, en el segundo intento, su campaña fue pagada por el habilitado ilegal del área, un porteño que en los siguientes días apareció ultimado de forma cruel por los rumbos del Derramadero; la tercera, por su, digamos, relevo, un personaje en el que no era tan visible su participación en negocios ilícitos y al que iba a incorporar al cabildo en una alta responsabilidad; tal persona fue ejecutada en la entrada de su casa, semanas antes de que Carmona asumiera, por tercera vez, la responsabilidad como presidente de Pochutla.

Ahí anda pues el tal Carmona, en su round de sombra, alistando su próxima aparición como candidato al gobierno municipal de San Pedro Pochutla. El Tigre se hace llamar, pero las zarpas brillan por su ausencia, pues conoce el medio en el que se desarrollan los comicios electorales a partir de que la ambición lo hizo cortejar al diablo, y procura pasar desapercibido. Para los pochutlecos ya es común ver llegar sin nada a estos personajes, sin excepción de alguno o alguna, a sus cargos como presidentes municipales, y salir con todo: casas suntuosas, carros carísimos, viajes costosos y vestimentas inaccesibles para cualquier persona común que vive al día y se gana la vida con esfuerzos. Cierto, tal vez la última en ocupar este cargo, ahora parte del gabinete estatal, como Secretaría de Turismo, es quien los ha superado a todos pues, como en un juego de Lego, hace aparecer infraestructuras inéditas, inmuebles, autos, oficinas y negocios por todas partes; no, no a favor de la Comunidad, sino como patrimonio personal, aparatoso e insultante.

Es lo que está en disputa, no se trata del cargo como tal, sino de el negocio aberrante de costear una elección con dinero sucio para pagar su uso con los presupuestos municipales y por lo que se ve, también los que provienen de las arcas del gobierno del estado. Lo sabe el Tigre, y se mantiene agazapado pues ya están a la vista “Las Guerras del Hambre” que, lo estamos viendo, traen consigo supresiones físicas, llamados a desistir del empeño en el caso de no plegarse a la voluntad de quien maneja la chequera de esa entidad a la que le han endilgado el mote de organización para el delito. Ya una vez Carmona fue objetivo de tal guerra y, es indudable, la pasó mal; no sabemos hasta donde llegue su atrevimiento esta vez, cuando la zona está minada por la ambición desmedida de personajes que se mueven, sin problemas, en las dos esferas, la de gobernar y la de delinquir. Si las cosas permiten la apertura de esa puerta áspera y pesada, veremos al Tigre asomar su perfil cortado sobre el escenario que él mismo construyó; de lo contrario, veremos a un gato arrastrando la cola por esos rumbos que él también conoce, pues sus méritos nunca han residido en ganarse la vida, como toda la gente, trabajando con honestidad y pudor.

El Mago Flores

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