César Rito Salinas
Hasta donde escribo llega el olor.
Comer salsa picante es como subirse al árbol de la infancia a contemplar el mundo cada mañana.
La licuadora proporciona el remedio infalible contra la melancolía.
La salsa.
La licuadora hace posible el presente sin dolor poblado de pasados dichosos. ¿Quién inventó sus afiladas aspas? El río de los sabores tiene su origen en la licuadora. La razón de existir del rojo y el verde, la espuma que revienta con el limón, la perseverancia del ajo, los versos medidos del plátano, las lágrimas de la cebolla, la memoria infalible de la papaya, la cátedra de elegancia del apio, la flor del perejil y el cilantro.
Las palabras son despreciables en el mundo que habita la licuadora.