César Rito Salinas
Los círculos en el cielo, la parvada de zopilotes.
El cielo sobre el muladar rojo oscuro, como un mar sin aguas.
El muladar que rodea al presidio regional.
El presidio que eleva en la tarde su torre de vigilancia
junto al puente Tortugas.
El viajero que llega por la carretera internacional
encuentra en su cansancio un alivio
al divisar las torres de vigilancia del presidio.
El puente Tortugas se eleva del polvo de secas.
Una sequía de hace años que ya no me acuerdo
(las sequías abarcan más allá de los trienios).
En el presidio guardan a los criminales famosos de la región.
Los zopilotes vuelan en círculos.
Su afilado pico.
La diminuta cabeza con gorro encendido.
Del muladar sale el camino que comunica a las agencias municipales.
Cajón de Piedra
¿Quién sentirá orgullo por ser originario de Cajón de Piedra?
¿Habitarán sin culpa el mundo los que nacen
en Rincón Moreno?
Desde los montes se observa el cielo quieto de polvo del valle.
El polvo grueso levanta los muros del presidio.
El presidio tiene vida. Yo lo recuerdo con unos límites diferentes.
Junto al presidio crece una bodega de ultramarinos.
Como una garrapata junto al aguacero.
El presidio crece. La ciudad permanece dentro de los muros
del presidio.
El asunto de la vecindad urbana complica los recuerdos.
El barrio queda dentro de los terrenos del presidio.
En el principio de todas las cosas puente Tortugas fue el límite del pueblo,
el sitio donde comienza el destierro.