Por Rodrigo Islas Brito
Eduardo Farrés Real Project es fiesta, reflexión y pausa. Es poesía que busca epifanías a lo largo de seis piezas concordantes en torno a un álbum Ep titulado “Flores de humo”, presentado oficialmente hace unos meses en el Teatro Macedonio Alcalá y cuyos sesgos y consejos de cavilación y bondad son luces que hay que buscar.
Triunvirato de experimentación y progreso es el que aquí han logrado conformar Bibeat, en la voz, jarana, zapateo entarimado y quijada con percusión, Feyo Jiménez, en los sintetizadores, secuencias y composición, y Eduardo Farrés en la guitarra eléctrica barítono- tenor, además de la composición y liderazgo general del proyecto.
El músico cubano-argentino-oaxaqueño continúa mostrando ese nivel de obsesión en torno a detalles y caminos capaces de desentrañar ese placer diario que llamamos música. Este real project notoriamente se forja desde la ruptura e improvisación con formalidades y estilos. No son sus ganas de descubrir lo que lo propulsa, sino la pulcritud con la que casi todo se busca. La banda oaxaqueña sostiene su instrumentalismo en el diálogo constante por encontrar esas veredas en las que a veces el sentimiento acierta a escapar.
Iniciemos por el tema que le da título al Ep, Flores de Humo (autoría de Farrés) en los que la armónica escalada de las percusiones y el canto de Bibeat (Bibiana Pérez Bautista, fundadora de Raíces, la asociación jaranera más importante y representativo de Oaxaca) contrapuntea vía sus vuelos de bella chupa rosa, a las cargadas guitarrísticas de un Farrés en plan ¿que haría Jimi Hendrix si el amor lo hubiera sorprendido en el trópico?
Más subterránea se mueve “Por las islas del romero” (también autoría en solitario de Farrés), la cual parece apostar por encontrar, en un trote amplio y crepuscular, los motivos del cruce que conduzcan a la ejecución de acordes que truenen parecido al tintineo de un brindis al que le gusta irse de rol por las grandes avenidas.
Gitano (autoría de Feyo Jiménez y Farrés) de un talante más mediterráneo, es en su inicio el tema más experimental de la nueva agrupación, ahí el nacido en Cuba, encuentra en el sintetizador de su socio pianista oaxaqueño un mar de lienzos en el cual navegan lo mismo preguntas sin respuesta, que largas replicas a las que probablemente nadie nunca estuvo conscientemente buscando.
Y finalmente, la última flor de humo de este tinglado, Cruzando el río de noche (también coautoría entre Jiménez y Farrés) galáctico sumergimiento por esos trances que atraen los pantanos. Jungla del boom que coquetea fuertemente con el jazz, en la cual queda en evidencia que, en lo particular, Eduardo Farrés ha encontrado en esta etapa de creativa colaboración, el plus para buscar estructuras melódicas más trabajadas y gozosamente coherentes.
Farrés, desde sus anteriores composiciones, se ha destacado continuamente por sus propuestas de bajos, altos y medianos, que siempre buscan averiguar como diablos, pintar aves, ríos y vampiros en los pentagramas.
Recordemos “60 barcos ebrios” y sus tonitos de zigzag y vueltas de candado que a cada maroma les da por reinventar su propio rastro. El caprichoso tema se mueve con la vocación de viajar siempre en la estela de ese último verano, que finalmente puede conocer el indolente sabor del rocío. Evoquemos a la amarga “Anunciación” y su meditabundo resoplo de arpa birmana como fórmula para ir acomodando las felices discusiones de los chakras.
Eduardo Farrés Real Project es una banda madura, progresiva, juguetona con aquello que pueda significar ese inesperado cruce de géneros al que los más exquisitos aspiran a encerrar, bajo la muy imposible etiqueta de música popular. Farrés, Jiménez y Bibeat han conformado una colectividad que se sustenta en sí misma, que hace pensar lo mismo en Frank Zappa, Luis Alberto Spinetta y La Rondalla de Saltillo…. Una mezcla rara, valiente y eficaz.
