César Rito Salinas*
- El poeta participará el viernes 19, Casa de Siete Balcones, Av. Morelos 800, 5 de la tarde, en el foro Lectura con autores oaxaqueños. La serie de poemas titulada A las puras tres de la tarde registra, a manera de crónica de asombro, la experiencia de una ciudad en ruinas, que dejara el sismo de 8.2., la ciudad conocida con el nombre de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec. Los breves poemas registran los días posteriores al gran sismo, cuando la población salió a las calles a repetir sus actos cotidianos en el espacio en ruinas, entre los muros derruidos, muñones abiertos que increpaban al cielo.
1
Los hombres bajo el sol palean mezcla junto a la calle principal, pasado el terremoto del 17. Corre el viento, la gente -boca reseca- permanece muda en la calle, con la pala en las manos.
2
Los hombres transpiran y sufren y palean con mayor ahínco. Como si sobre aquella mezcla dejaran caer toda la mala suerte que los persogue, su furia contenida
3
El tiempo se detiene sobre un cartel donde se leen las negras letras: Se renta.
4
El sol de la tarde (en el más completo de los silencios) cae sobre las hojas reverdecidas de la planta trepadora que bien puede llamarse teléfono.
5
Las mujeres abren las tiendas, sacan el butaque a la banqueta mientras los peldaños de la escalera se cubren de luz y sombra.
6
Perfumes y esencias. La estantería refleja los frascos con distintos tamaños, productos varios. Los espejos repiten formas, los distintos aromas. La perfumería atrapa recuerdos que pasan rumbo al mercado.
7
Memorias. Papel cartulina de muchos colores. Los estudiantes de secundaria pasan por la calle
en busca del sitio para hacer las tareas escolares. Mujeres y hombres que caminan, buscan la oficina que tuvieron ayer y que hoy o encuentran. Un oficial de tráfico nos guía con la mano en alto.
8
En esta tarde de primavera y calores, sobre el cristal se lee el cartel: Alaciado Express. Planchado de cejas.
9
En el Salón de Belleza -la Estética- un par de mujeres conversan. Junto a ellos la gente recoge los espejos rotos en el suelo
10
La tarde avanza entre cristales climatizados mientras el sabor del chicle transcurre lento tras las miradas, el Chicle Yucatán sabor amarillo.
11
En la tarde reposan las sillas paras arriba, sobre la mesa. Muestran con descaro las telarañas, a todo aquel que quiera verlas. Mientras en el patio un viento ligero agita los esbeltos cabellos de la enramada.
12
Con la elegancia de un príncipe recién desembarcado de tierras lejanas, un hombre próximo a la vejez, cabeza rapada, cuerpo enjuto, ropas raídas, formal y digno camina bajo un sol inclemente por las calles del polvo.
13
Desde café observo la rueda de la bicicleta que lucha contra el viento -el sillín contiene al hombre volcado sobre el manubrio, en peligroso equilibrio-, mientras las moscas a golpe de alas intentan penetrar a este mundo de aire artificial.
14
Novias Getzavel. Las adolescentes apuran el paso, con el rabillo del ojo miran los cristales. En la banqueta, las mujeres casaderas observan las vitrinas con descaro. En la tienda una mujer de cuerpo menudo se mueve entre diseños de fiesta y maniquíes de dicha. Mientras, en la calle, los hombres sudorosos conducen autos entre atorones viales.
15
Novias Virginia. El sol corre. La sombra anuncia la dicha que viene. El polvo de la calle monta cristales entre reflejos, insisten en traer hasta nosotros recuerdos de dichas pasadas.
16
Los autos nos miran con ojos desahuciados. El agente de tránsito aprieta la mandíbula, mientras deja caer los párpados y hace sonar su silbato para nadie, que resuena entre el crujir de escombros.
17
Las moscas se paran en las patas de la doble A, Grupo Tres Reyes.