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domingo, diciembre 22, 2024

El mar nocturno del Istmo de Tehuantepec

Reportajes

César Rito Salinas
I
Puedo mirar la imagen que vine de un poema.
Wallace Stevens, Viaje por el mar de Tehuantepec
-o Navegación nocturna por el mar de Tehuantepec.
La memoria me falla, no lo recuerdo a precisión,
pero esa telaraña interrumpida alcanza a rearmarse
con nuevas palabras -la nueva telaraña crece luego de la catástrofe.
El poeta nombra la navegación nocturna -en mi recuerdo
Pongo una lámpara que alumbra la costa-, el caserío mínimo.
En aquella noche de la navegación el agotado mar ilumina
El casco de la nave. Puedo imaginar que avanza
Rumbo al Canal de Panamá.
Hay fiesta en cubierta -el poeta se aparta y de manera rápida
Fija en la pequeña libreta de viaje las palabras que harán
El recuerdo de la navegación. Una libreta pequeña para
Aquella empresa, atravesar el Canal y alcanzar el otro océano.
Encuentro que en las pocas palabras del poema está el Istmo
-la cintura breve de un continente inmenso-.
Es de noche, hay fiesta. Allá en la negrura
Brilla una candela.
La fiesta arrastra la traslación marítima. ¿Qué imagen es esta?
¿Las aguas que se mueven, fijan la fiesta que navega a su final?
Una doble metáfora para solucionar la inmensa soledad
De la tea que arde, inmóvil en la costa.
¿Qué mar profundo es este? ¿Lo reconozco?
El lenguaje nos hace ver aquello que oculta la oscuridad.
Montalbetti dice: el lenguaje nos hace decir cuartadas.
II
¿Cuándo el lenguaje del poema vale la pena?
El lenguaje de la pena vale la pena cuando no traslada -dice Montalbetti.
Contrapeso de la inmanencia. La posibilidad metafísica.
La metáfora encierra en si misma la posibilidad de la huida.
El decir, al que lenguaje nos somete, es decir que decimos,
Independientemente.
III
Pero hay algo más allá que ese sentido.
Cuando el lenguaje se hunde a través del decir nuestro.
Estamos acostumbrados a nombrar la verdad como aquello que falta.
Estamos acostumbrados a nombrar la verdad con un lenguaje que nos lleve a ella.
Estamos acostumbrados a que la verdad del poema sea la verdad del traslado.
IV
Pero toda verdad se queda corta, resulta decepcionante.
V
Supo Wallace Stevens que aquel espacio que navegó en la noche de Tehuantepec
¿Se le conoce por el nombre de Mar Muerto?
VI
Al lenguaje del poema que vale la pena no le falta nada,
Algo que viene de la nada y va hacia la nada
Carece de nada, dice Montalbetti.
VII
Ser poeta hasta dejar de serlo, dice Vallejo.
VIII
Es de noche y tiene que aterrizar antes que se acabe el combustible
-dice en un poema Montalbetti.
IX
“Todos los poemas terminan igual, hechos pedazos sobre un cerro oscuro”.

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