Este 8 de marzo, en el contexto del Día Internacional de las Mujeres, el Gobernador morenista Salomón Jara Cruz, mandó reprimir con disparos de gas lacrimógeno desde el Palacio de Gobierno, la marcha-protesta que cientos de mujeres llevaron a cabo para exigir justicia y alto a la violencia feminicida en Oaxaca, la cual concluía en el Zócalo capitalino.
Esto, sin importar que en la manifestación pública estuviesen presentes niñeces, adultas mayores y familias completas quienes fueron atacadas por su participación en esta marcha-protesta.
Lo anterior ocurrió casi al término de la manifestación, cuando la vanguardia de la marcha, nutrida de diversas organizaciones, colectivas y mujeres diversas, llegaba al Zócalo; fue desde la azotea del Palacio de Gobierno donde personal de la Secretaría de Seguridad Pública comenzó a disparar gas lacrimógeno. Al respecto, medios de comunicación y asistentes, dan cuenta de estos hechos a través de videos y fotografías.
Además, después de haber agredido con gases a las manifestantes de la marcha feminista incluyente, el gobierno de Salomón Jara llevó a cabo un operativo de disuasión, con al menos 6 patrullas que circularon con sirenas prendidas en las calles aledañas a la marcha.
Ante ello, la agrupación Mujeres Oaxaqueñas Tejiendo Comunidad condenó la represión sufrida por parte de las manifestantes, poniendo de manifiesto que con esta acción, así como la indolencia que ha caracterizado a esta administración frente a la violencia feminicida: “la primavera no ha llegado para las oaxaqueñas”.
“En Oaxaca, ser mujer es resistir. Resistir ante un sistema patriarcal que nos asesina, nos desaparece, explota e invisibiliza, y que toma forma en autoridades omisas, indiferentes y perpetuadoras de la violencia contra nosotras”, destacaron.
Y enfatizaron que en lo que va del sexenio de Salomón Jara, se han cometido 225 feminicidios y 855 mujeres han sido desaparecidas.
Por ello, exigieron justicia para las víctimas de feminicidio y desaparición forzada, castigo ejemplar a los agresores y a quienes encubren la violencia machista, incluyendo a funcionarios estatales y garantías reales de seguridad y acceso a la justicia para víctimas de violencia machista.
Además de condiciones laborales dignas para todas las mujeres, con salarios justos y acceso a la seguridad social, la erradicación de la explotación laboral hacia mujeres indígenas y afromexicanas, el reconocimiento y protección de los derechos de las trabajadoras del hogar y las jornaleras agrícolas y garantizar el derecho a la salud con calidad, calidez, perspectiva feminista e intercultural, entre otras demandas más.
Previamente, colectivas y organizaciones aglutinadas en Mujeres Oaxaqueñas Tejiendo Comunidad, realizaron un mitin en La Monumenta (Fuente de las 8 Regiones), esto tras cancelar La Campamenta Feminista 8M, (una serie de actividades informativas, culturales y políticas que tenían previstas en el Zócalo) ante la provocación de Salomón Jara de intentar amedrentar a las asistentes con la instalación de vallas metálicas en el centro de la ciudad para “blindar” edificios y negocios
En ese marco denunciaron la falta de garantías para ejercer de manera plena y segura su derecho a la libre manifestación y cuestionaron las prioridades del Gobierno del Estado, al asegurar que “no son garantizar la vida, la integridad ni el acceso a la justicia para las mujeres, sino la protección de lo material y la permisividad para que se multipliquen los discursos de odio que nos vulneran aún más”.
“Ante el ostentoso despliegue de “seguridad” para los inmuebles; ante la instigación en redes, de grupos de choque de hombres que se están convocando y amenazan con impedir nuestras movilizaciones, y ninguna señal de este gobierno para garantizar la seguridad de las manifestantes, como Mujeres Oaxaqueñas Tejiendo Comunidad, nos sumamos a la movilización pública de las mujeres y reivindicamos la necesidad de la unidad entre las distintas posiciones políticas del feminismo”, señalaron.
Por ello, hicieron un llamado a las organizaciones, colectivas y grupos de mujeres a cerrar filas en torno a la defensa de nuestro derecho a manifestarse, reclamar justicia por las asesinadas y las desaparecidas.
Además de reivindicarse como mujeres indígenas y afromexicanas, quienes aparte enfrentar la violencia de género, lidian con el racismo estructural, la explotación laboral y el despojo de sus territorios.