César Rito Salinas
Existe una relación directa entre el triunfo electoral y el delito; en cada proceso por la municipalidad, el área de Monte Albán resulta clave para la victoria.
La ciudad se reparte en territorios, hay incremento de la delincuencia, los políticos hacen campaña al pie de Monte Albán, territorio de los ebrios; distribuyen discursos, fotografías. Pactan secretos compromisos.
Desde la ciudad antigua puedo ver el mitin electoral, distingo ñayasos y bailarines, declamadores sin maestros, alumnos de la vieja retórica que desempolvan el traje cada 21 de marzo, natalicio de Juárez.
Puedo ver a los futuros diputados, fieles a su ignorancia, promotores de la estulticia y el hurto, el engaño.
El mayor reto de los próximos representantes populares será leer sin faltas, expresar sin sobresaltos sus pensamientos, escribir una oración sin que les dé un vuelco el alma repleta de pena -o garabatear su propio nombre sin faltas ortográficas.
San martín Mexicapam fue nombrado por la partidocracia el granero de votos en la ciudad. Los políticos en campaña no respetan ni laspiedras antiguas, sin pudieran pondrían sus lemas -la foto- sobre las piedras centenarias.
De madrugada se palpa el rostro de las piedras, del silencio.
La oscuridad se deja caer sobre los hombres del mezcal. Hay madrugadas en que no encontramos periódicos, hablamos de política sin pasiones partidistas.
– Un diez, por favor –suplicó Margarito.
