César Rito Salinas
Antes del noticiero apareció en la pantalla el libro de Joyce Carol Oates, Del Boxeo (On Boxing, 1987), a esa hora de la noche Alejo pide su cena, acostumbra la puntualidad estricta para tomar los alimentos.
Bien, así estuvo la situación de la hora que antecedió al sismo. Me encontré dividido entre poner las noticias, servir la cena del gato o leer el libro de ensayos de Joyce Carol Pates.
Decidí por la escritura. Escribir siempre será una elección.
Aunque tuve que suspenderla, por el sismo.
(De estos párrafos iniciales a esta continuación pasaron dos horas, di la cena al gato, preparé la mía, vi el noticiero y revisé las redes sociales. Leer me prepara para saber la diferencia entre el lenguaje escrito y el tiempo real, el primero lo representa, el presente-presente es inalcanzable).
Los vecinos del edificio se juntaron en los escalones, conversan aterrados, yo no salgo. Busco a Alejo que -pasados los primeros minutos del temblor- no logro encontrarlo.
Me oriento en la oscuridad del departamento, “Alejo” -,e escucho decir.
Por fin un leve maullido me dice que no salió en estampida. Su instinto lo llevó a la parte más segura del edificio, la zotehuela. Salió por la ventana del baño, pero no pudo volver a entrar a casa.
El sismo tuvo un grado intenso, tanto que hizo reaccionar al instinto de conservación al gato.
En la azotea los vecinos se juntan, hacen comentarios.
Alejo duerme en la sala, lo tengo frente a la máquina.
Continúo con el trabajo, atento a las réplicas del sismo.
Piglia dice que se escribe contra algo, contra alguien. Tiene razón, en sentido de las letras será -por un primer momento- levantar una defensa como quien levanta una piedra.
Escribo para ser testigo.
Joyce Carol Oates dice que el luchador, como el bailarín, solo cuenta con su cuerpo. Y el cuerpo se mide por pesos, en el asunto del box: Peso Pesado, sin límite de peso; Peso Medio Fuerte, hasta 89 kg; Peso Semipesado, hasta 81 kg; Peso Medio, hasta 75 kilos; Peso Super Welter, hasta 71; peso Super Ligero, hasta 63.5 kilos: Peso Ligero, hasta 60; Super Pluma, hasta 58; Pluma, 57: Pluma Juvenil, 55; Gallo, 54; peso Mosca, 51.
En la lista de las categorías del box escrita por la novelista encuentro la trama de su escritura, mostrar una aparente fragilidad en el dominio del tema del boxeo.
Escribir será armar una estrategia. La fragilidad como posición política.
Escucho Pachamama, madre naturaleza, con Thana Alexa.
Como el gato con la comida en la música soy de preferencias estables, casi llego a la repetición obsesiva de una oración musical si con ella logro establecer un tono de salida para mis letras.
Escucho la música, atento a la voz de Thana Alexa mientras Alejo se incorpora y trepa a la mesa repleta de libros. Imagino que lo hace para recuperar su naturaleza salvaje; pasado un instante vuelve, se recuesta en el descansabrazo del mueble.
Esta es la noche perfecta para levantar la escritura.
La noche lleva un orden, un tiempo de calma que propicia su registro.
Escribo pasado el gran sismo.
Por redes sociales se reportan los amigos, todo bien. En Zipolite Fer Amaya, en el Istmo de Tehuantepec, Blanca Minuitti. En CDMX, Arlen. En ciudad de Oaxaca, los compañeros del portal de noticias.
Bien, todo bien.
Pero hay miedo. Escribo asado el sismo para exorcizar el miedo a la muerte.
Todo en orden.
Dice Piglia que narrar es elidir, ocultar tras una forma el sentido de lo escrito. Tiene razón. Narrar es ocultar o, como dicen la poeta Ana Ortuño, la lengua no alcanza.
Tal vez esto lo sepa ya el cerebro y rearme una forma distinta a la tradición oral para -desde la “ficción” elaborar la percepción de la verdad-.
Escribo que escribo que escribo, dijo Salvador Elizondo.
