César Roto Salinas
Por la madrugada encontré la música de Antonio Sánchez, el mejor baterista de jazz del mundo. Tenía su grupo Migration integrado por músicos de calidad, y su cantante Thana Alexa.
En una de las tomas la luz del cuarzo pegó en el lóbulo de su oreja derecha. A esta hora -antes de retirarme a dormir luego de una jornada de trabajo duro-, pocas imágenes logran que me quede un rato más en la máquina.
Alejo también pudo ver el lóbulo de la cantante, y se congeló sobre la máquina.
Alejo, el gato que me acompaña en la jornada estuvo inquieto, aunque debo reconocer que en la mayoría de las horas del día guarda costumbres sobrias, su puntual hora para comer, su puntual escapada al baño. Un sueño de doce horas.
A la madrugada se convierte en los ojos que me miran desde el espacio menos pensado del departamento.
Aquella noche que me quedé unas horas más, Alejo se había portado inquieto durante las horas de trabajo. Seguía yo la huella de los poetas beats, hacía pesquisas entre obras para localizar el tono, cierta velocidad en la oración, entre Burroughs y Kerouac cuando Alejo se subió a la máquina, husmeó por la pantalla. Debo aclarar que el gato es lo suficiente chismoso, le gusta enterarse del espacio al que le dedico el tiempo que puedo aplicar en ponerle atención.
Pero me dio la pista.
La oración guarda el principio de collage, en instante cuando que se congela una una imagen compuesta por recortes (fragmentos de otras imágenes).
Miren qué cabrones.
Alejo se trepó varias veces a la pequeña mesa que me sirve de soporte para escribir. Lo hice bajar. Se trepó al sofá. Cuando volvió a subir a la computadora -al oscuro teclado- encontró el cable de la corriente y le pareció buena idea meterle sus mordidas.
Lo retiré de la mesa, fue ahí donde -tras la alta figura de Alejo- pude ver el lóbulo de la oreja derecha de la cantante.
Antonio Sánchez, el baterista mexicano -chilango para más señas- está radicado en los Estados Unidos. Una noche de trabajo lo topé, eso fue hace años, desde esa ocasión me hice seguidor de su música. Para más señas del baterista azteca, me enteré que era nieto de Ignacio López Tarso, el viejo actor que rodó Macario.
Antonio tocó esa noche como dios.
Las vueltas que da la vida.
Thana Alexa cantaba las notas de Lines in the sand, Alejo se puso nervioso. Para congelar la visión del instante y poner en práctica la verdad recién descubierta, decidí encerrarlo en la habitación.
La tarea fue levantar la imagen a partir de fragmentos, evitar la anécdota (las palabras que forman la imagen levantarán la historia sin que intervenga la voluntad del escritor).
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16,237 vistas 27 jun 2019.
Antonio Sanchez – Drums, Composition, Mix Engineer Thana Alexa – Vocals Chase Baird – Saxophone & EWI John Escreet – Piano & Rhodes Orlando le Fleming – Bass Corey Goldberg – Recording Engineer & Video Producer Sarah Kerson, Anthony Nieves, & Chris Tobin – Videographers Simon Rentner – Series Producer.
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La cláusula gramatical con que amarraron el lenguaje escrito los griegos estaba partido por el collage. Las letras son soberanas, levantan el sentido más allá de la lectura.
– Oye, ¡Listen! -dijo en perfecto español Thana.
En la calle pasaban sirenas de las patrullas, corrieron tras las tres detonaciones hechas por arma de fuego. La noche enrojeció antes del alba.
Thana utiliza su voz como un instrumento musical, como un ejecutante más se suma al sonido del grupo.
Pasadas las 6:00 me ardieron los ojos.
