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viernes, octubre 18, 2024

La alquimia, Ivonne Kennedy y la expresión total

Reportajes

Por Rodrigo Islas Brito

“Ivonne Kennedy se perfila como una pintora comprometida con el diseño del espacio pictórico, con la articulación de un número reducido de formas y de ángulos más o menos agudos donde es válido convertir objetos reconocibles en piezas de un engranaje formal», es lo que escribió en 1996 el crítico de arte y escritor tempranamente desaparecido Robert Valerio, autor del libro clásico y definitorio de qué es y con qué se come el arte plástico oaxaqueño. Atardecer en la maquiladora de utopías. 

A 27 años de distancia, la pintora y escultora oaxaqueña recuerda estas palabras sobre su trabajo con especial gusto. Expone que siente un placer por las geometrías coloridas que raspan y las repeticiones que nadan en caleidoscopios que se pronuncian infinitos. Reconoce que para una mujer es cinco veces más complicado abrirse camino en el mundo del arte en México. Sostiene que ella nunca se ha amilanado. Con tres hijos a su responsabilidad y cuidado ha logrado construirse al mismo tiempo una carrera plástica que ha conocido momentos por demás interesantes como lo fue “Vírgenes y Geometrías, la exposición de deidades y estilo, que entre julio y agosto de este año, la artista oaxaqueña presentó en Casa México, en Barcelona, España

De Oaxaca observa que abundan las pinturas y pintores por la calidad de luz con la que cuenta. «Todo viene del cielo» define. Cuenta que sus inicios se dieron en la Casa de la Cultura a tres cuadras de su casa con el pintor Francisco Verastegui, en momentos en los que a sus 16 años comenzaba a dibujar usando sombras para ojos y papel cascarón y fabriano.

Apunta que una cosa que nunca ha podido faltar en su vida es la independencia y la libertad, y que dificilmente hubiera podido encajar en un sistema rígido donde siguiera las ordenes de alguien más. “Esa no es mi naturaleza”, define la artista nacida en Valles Centrales, de familia comerciante y enfocada en la mecanica y las actividades manuales.

Se confiesa influenciada desde un inicio por la vida y obra de la pintora española afincada en México, Remedios Varo. “Su disciplina, su vida, la forma en la que ella conjugó todos los elementos para lograr figurar en un arte destacado e incluso exquisito”, expresa Kennedy destacando la técnica, la habilidad, la formación y la manufactura de la obra de la artista surrealista, dueña de lo científico, lo esóterico, lo místico y lo mágico.

Ivonne apunta también que en su trabajo está presente la alquimia, el simbolismo metafísico, la vibración de los colores y una evocación a estados mentales, espírituales y emocionales. Sobre su acercamiento a la escultura declara que está se dio por una necesidad de acceder a una tridimensionalidad física en su trabajo, para lo cual estuvo aprendiendo y asimiliando todo lo referente a este arte con estancias artisticas en Portland, Oregón y en Guantanamo, Cuba, donde la artista recuerda que los artesanos cubanos para pintar sus piezas tienen bien aprendida la técnica de sacar oxido de hierro de las partes oxidadas de los barcos.  

Regresando al tema del arte oaxaqueño, opina que este es un prisma. Desea que en algún momento surja un crítico de arte como lo fue el disruptor Robert Valerio quien habló de una escuela oaxaqueña de pintura que más bien fue fórmula y consecuencia . “Me gustaría que él hubiera podido ver toda mi trayectoria , me gustaría saber que pensaria de mi obra ahora”, evoca la entrevistada. Define al texto que el escritor ingles realizó sobre su trabajo en 1996 como “duro, fino y filoso”. 

“Robert (de quien la artista no puede ya recordar el contorno de su rostro) y todo el entorno artístico de ese momento tenian la preocupación de que Oaxaca iba a reventar porque más allá de una efervesencia estaba habiendo una explotación que se iba a tener que degradar en algún punto”, evoca la artista plástica. 

Expresa que aquello ahora lo ve como algo que ha pasado siempre. “En el medioevo, en el renacimiento, siempre ha habido ese tipo de crítica. El otorgar una especie de licencia a quien sí podía ser pintor y quien no, pasando por un número indeterminado de filtros.

Ahora todos estos filtros están abiertos, cada quién podemos hacer lo que queramos. Eso me divierte, creo que es lo normal. No me preocuparía por controlar el mercado del arte, fraudes siempre va haber, en todas las áreas. Al final es la educación del consumidor lo que puede salvar a este mercado de sí mismo”, puntualiza Ivonne Kennedy sobre todo lo que es y todo lo que viene.

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