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viernes, octubre 18, 2024

Con rumbo a Monte Albán, minificciones

Reportajes

César Rito Salinas

El adiós
Cansada de miseria y privaciones, ella se marcha. En la cabeza del hombre que se queda rebotaba una pregunta:

  • Mala, ¿no me llevas?
    María Sabina
    María Sabina supo lo que cantaba: “Conozco al Juez”.
    Cotidianas
    El desperfecto en el funcionamiento de la bomba de agua comenzó previos a la celebración de las fiestas de San Juan, el mero 24 de junio cuando inicia el tiempo de aguas.
    El asunto de las amígdalas
    Tu monstruo es como el monstruo del mezcal, soy su juguete cuando se regocija en sí mismo. Sabe de su fuerza y su valor, confía en su capacidad destructiva. Por mucho tiempo luchó contra el sol durante siete largos años, y venció. Nunca lo dominarás. Para escapar de su influencia sólo tienes que esperar el momento de su regocijo, que se descuide para escapar de él.
    La mujer buena
    ¿Tú deseas mi mal? No lo creo, eres una mujer buena. Entonces, ¿quién desea mi mal? Estoy agotado, a veces reconozco al enemigo y me libro por puro milagro de un mal enorme. El ser que te habita vuelve a tu casa. A lo largo de los años sólo sabe estar en tu casa, su territorio. Se violenta y agrede cuando lo mueves de su sitio, interviene en tu vida. No desea que hagas compromisos que lo alejen de su sitio. ¿Para qué me buscas? No, tú no me buscas, me busca el demonio que te habita y quiere destruirme.

Dispositivos de ensamble
Decir lo que todo mundo ya sabe a condición de escribir y terminar los renglones de la libreta. Para esto, escribir, terminar los renglones en la libreta, hacer del escrito un asunto de economía, habrá que apegarse a un instructivo de uso. Las palabras son artefactos de ensamble.
Ungüento contra la calvicie, breve instrucción de uso

  1. Córtese el dedo.
  2. Salga a la calle.
  3. Afíliese al partido político oficial.
    Preguntas desde el azoro
    ¿Dónde queda el agítese bien antes de usarse?
    Manténgase en lugar fresco y seco.

El último tren
Vivo para convencer de mi talento a otros. A veces sólo quiero dormir. Que el mundo pase y me deje el tren.
Las pequeñas diferencias entre aves y paquidermos
Ahora soy el señor escritor, estoy solo. No me quejo, siempre estoy solo. ¿Entonces? ¿Para qué tanto trabajo? Voy a parar. Quiero estar en el mar, como en mi adolescencia, expresar mi amor a las cosas sencillas, incultas. Todo esto de la escritura y su ambiente gira y duele, nunca para. ¿Esto es lo que quiero? En el fondo soy como mi madre, no confío en la letra. ¿Habrá un espíritu que no sea letrado?

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