Rodrigo Islas Brito
La odisea de Juana, proyecto multidisciplinario de arte militante de Alicia Christov, se presenta en toda su diversidad de propuestas este viernes 23 de noviembre a las cinco y media de la tarde en la casi totalidad del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO). La sinopsis de esta epopeya desbordante de estilos y enormes cascadas de interpretaciones resultado del amor creador fraternal vivido entre una madre y una hija, podría resumirse como un argumento tipo reina rebelde y pasional sometida al encierro de por vida en una torre de un castillo conoce y denuncia la crisis planetaria de un mundo autodestructor de su propia autoconservación, de su cálidad de oasis de caminos, sendas y posibles bombas neoatómicas abiertos con los brazos abiertos para mandarmos a todas, todos y todes directamente a la chingada.
Con la violencia contra la mujer como pivote esencial de la narración, Christov se empodera en la belleza rebelde, transparente y etérea de su propia hija, Indiana Christov, para navegar sobre las aguas del entendimiento de que el cambio climático ciertamente es cada vez más irreversible. Todo esto para ser conceptualizado en una inacabable cantidad de propuestas que hacen su glorioso centro en la diversidad de texturas que confluyen en una ola de cien metros de fotopinturas divididas en cien fotoseries que disruptan entre la destrucción apocalíptica, el amor filial y total, y el caos que mueve las almas de esperanzas y lugares.
A lo que se suman más de una decena de cortometrajes experimentales y narrativos sobre la relación entre una pareja de aburridos monarcas y una mujer robot reducida al papel de una esclava sexual (una increíble Alejandra Sic) y una Juana la Loca (notable la joven Christov) hablando desde una pintura de su vida de reina enfrentada a un mundo que se mantiene medieval en su misoginia y patriarcal opresión. Y que la bautizó para siempre como Juana la Loca, título que a Alicia le fastidia especialmente, pues ejemplifica la persecución machista, misógina y totalitaria de la que Juana 1 de Castilla fue víctima, Y con cuyos ecos de impunidad y humillación millones de mujeres a lo largo de los siglos fueron sometidas y encerradas en manicomios. La Odisea de Juana resuena como un logro, un viaje alucinante, un análisis del final de la belleza, un llamado a correr y construir nuestras vidas.
«El mundo se quiere engañar», define Alicia Christov. Nacida en Génova, Italia en 1956, con más de 30 años de vivir en Oaxaca, casada con el artista gráfico neoyorkino George Mead Moore desde años antes, y madre de dos hijos, se ha despachado con una muy salvaje odisea. En entrevista en Huayapam, la artista plástica y documentalista italiana habla sobre su obra la cual debe estar entre las más demenciales de todas las historias plásticas de los análisis que acompañan a las desgracias, las tragedias y las más variadas cinefilias. Al respecto, la actriz y creadora escénica oaxaqueña Alejandra Sic, comisionada por Alicia para llevar a cabo la labor de difusión, explica que no hay que perder de vista que se trata de 17 años de trabajo, que la historia de la reina española hija de la monarca genocida de América, Isabel La Católica.
La también catedrática califica como una obsesión y una carta de amor esta colaboración entre madre e hija. Recuerda que Christov es una fotográfa con experiencia de corresponsal en la guerra civil de Nicaragua. Por lo que se explica su combatividad a la hora de entrarle a todas las caídas de todos los posibles temas, sin límite de tiempo. Sic explica que este viaje es un recorrido cuasi completo por La Odisea de Juana, por el mundo explotado de una mujer que le ha puesto la cara de su hija a todo recuento cruento, metafísico y multidisciplinario de una histórica monarca española segregada y encerrada por un poder medieval patriarcal total cuya vida interior sirve a Christov para darle forma a todos sus posibles sueños y delirios. «No es la historia de una mujer, es la historia del mundo», explica la artista cuasioaxaqueña. También habla de los manifiestos del Unabomber, de su época de corresponsal de guerra en países centroamericanos, de la vez en que tuvo que ir a sacar de un baño neoyorkino a Tupac Shakur y Mickey Rourke porque se estaban metiendo mucha coca, de la gentrificación y de la joda que el nuevo turismo sea depredador y determinado a no absorber costumbre alguna sino a avasallarlas todas. Del jodido hecho de que en Oaxaca el 85 por ciento de los alucinógenos del mundo sean mexicanos y que de esos el ochenta y cinco por ciento son oaxaqueños. ¡Viajesote este viernes 24 a las cinco y media de la tarde en instalaciones del IAGO Alcalá
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