César Rito Salinas
Para qué sirve todo eso te digo tu fiebre tu sollozo
David Huerta, Historia
Alejo es más silencioso que los retratos que cuelgan del muro,
Más detenido que la luz que se cuela por las cortinas, en la tarde.
Aparece en la cama, puntual carita de niño.
Bajo sus patas esconde filosas uñas, como infancia que vuelve
y desgarra.
En la noche se mueve enloquecido, como solitario rey en su palacio.
Quien lo mira retiene la imagen apacible, semejante al agua clara del arroyo.
campo de trigo.
Cuando Alejo desaparece una pregunta ocupa su lugar:
¿Por qué me aterra tanto esta existencia entre cuatro paredes¬?
Nunca lo sabré.