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viernes, septiembre 20, 2024

Lecturas desde la historia del Arte

Reportajes

César Rito Salinas
Volver a mirar la ciudad, salir a la calle con los apuntes de lectura de tres libros, Modos de ver, de John Berger; La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, de Walter Benjamin; y Despierta y lee, de Fernando Savater. La nueva forma de mirar lo cotidiano. “El ojo de otro se combina con nuestro ojo para dar plena credibilidad al hecho de que formamos parte del mundo visible” .
¿Cómo se mira lo cotidiano luego de leer a estos autores? ¿Algo cambió? Como lo pide Panofsky, mirarla imagen para llegar a “una naturaleza elemental y fácil de comprender” . ¿Algo cambió en nuestra forma de mirar la ciudad?
La metodología que seguimos fue salir a la calle y hacer el recorrido en transporte público, de San Martín Mexicapam -área Monte Albán- a la Central de Abastos y colonia Reforma, Ruta 07.
Acompañados por fichas de lectura. En la investigación incluimos dos trabajos solicitados por los profesores de la carrera Historia del Arte.
Margarita Dalton dice: : “Hace muchos años le preguntaron a un personaje famoso cómo era Oaxaca, y cuentan que ese señor arrugó una hoja de papel, la tendió sobre la mesa y dijo: ‘Así es Oaxaca”’.
En clase se expuso el pensamiento de Valéry (Séte,1871-París, 1945) “No me gustan demasiado los museos” .
A inicios de semestre, el profesor de la materia Análisis de la Forma solicitó una imagen con la intención de desarrollar en ella la descripción iconográfica. Pudimos trabajar “LA NIÑA ENCANTADA” (2014), litografía a color (76X56), Colectivo Bicu Yuba, esta es la descripción obtenida:
La imagen trae la fuerza de las imágenes que salen a las calles y nos sorprenden, porque alteran el paisaje cotidiano. En lo alto de la pieza, al extremo derecho, el rostro del pintor Francisco Toledo, dorado como estatuilla de los premios Oscar, voltea, mira de frente. Cabellos largos, enmarañados: Largos bigotes, hundida la mejilla; barba rala, encanecida. El rostro retratado de frente, el cuerpo de perfil, a la manera de los antiguos murales egipcios. La mirada severa, nos encara. La frente repleta de arrugas (se le mira como en una de sus fotografías publicadas por los diarios).
El pintor porta un vestido amarillo, muestra los hombros descubiertos, enjutos. Como si estuviera en una pasarela. Emergen nueve hileras, doce círculos rojos sobre fondo negro, que cubren el total de la pieza. Si el espectador cambia de posición frente a la imagen el rostro de Toledo aparece aburrido. Desde lo alto, en tercer plano, mira el vacío; cabeza y cuerpo en forzado equilibrio sobre una pierna -la izquierda- mientras la pierna derecha recogida hasta el muslo izquierdo se muestra, descubierta. Toledo en zapatilla, tacón alto.
El largo vestido dorado vuela; se destaca en primer plano, y, al volar, remarca pliegues y bordes de la tela. La posición de las manos a la altura de cintura en movimiento natural para detener el vuelo del vestido. La posición de la imagen resalta el generoso escote; las manos no logran evitar que su ropa emprenda el vuelo y deje al descubierto los oscuros calzones. Como la famosa foto de Marilyn Monroe (Fig.1).
“El niño mira y ve antes de hablar”, dice John Berger * (Londres,1926-2017, París), “una imagen (…) es una apariencia, o conjunto de apariencias, que ha sido separada del lugar y el instante en que apareció por primera vez y preservada por unos momentos o unos siglos”. ¿Qué imagen de la ciudad permanecerá al pasar la pandemia? En la clase de Historiografía, la profesora solicitó una biografía, propuso hacer la práctica con un compañero de grupo:
Empezó a hablar a la edad de 2 años, caminó a los 3 y medio; miembro de una familia de cuatro hermanos, resultó el tercero. Su hermana mayor estudió enfermería; el mayor, trabaja en la instalación de paneles solares; la menor, estudia Derecho. Su padre, el profesor Ricardo, es originario de San Baltazar Yatzachi el Bajo, habitado por ancianos debido a la migración a los Estados Unidos de mujeres y hombres jóvenes.
Su bisabuelo Guillermo le contó leyendas. Hay una que no puede olvidar, la que refiere a un jaguar, que, decía su bisabuelo, salía en el camino al pueblo. Los viajeros tenían que pedir permiso a la aparición para obtener paso; si eras fuereño, te atacaba.
De niño escuchó historias de nahuales, personas que se transforman en animales; uno de sus parientes era brujo, por la noche se convertía en perro, muy parecido al Chupacabras. Escuchó de sus mayores que en el cerro de San Baltazar había un sitio donde se hacían rituales, sacrificios humanos. Se inició como lector con libros de la primaria, de su padre, narraciones ilustradas. Su superhéroe es Batman (fig.2), fue su inspiración en la infancia porque es un personaje que no tiene poderes extraordinarios -a diferencia de Superman. Tiene en la ciudad un sitio arquitectónico preferido, Santo Domingo. Se pregunta cuánto tiempo llevó hacerlo, cuánto dinero costó; hubo un tiempo, dice, que la iglesia tuvo mucho dinero, tanto como el narco. Labora en una pastelería, como ayudante, elabora Mil Hojas, Orejas -se le dice Mil hojas, pero sólo lleva cuatro capas.
Con el grupo de Taller de Lectura discutimos a Berger: “El miedo al presente lleva a la mistificación del pasado” *, dijeron algunos. Otros, opinaron: “La perspectiva hace del ojo el centro del mundo visible” *.
El ciclo escolar inició con el modelo “educación a distancia”. las clases por zoom permitió reactivar desde el espacio cotidiano el pensamiento expresado por autores que, pareciera, estaban rebasados. “La reproductibilidad técnica de la obra de arte transforma el comportamiento de las masas con el arte. Por ejemplo, de ser el más atrasado a la vista de un Picasso, se convierte en el más adelantado”, Benjamin (Berlín, 1942-1940, España) .
En clase -transmisión por Zoom- se discutieron temas realmente inusitados. “El lenguaje en imágenes no ha madurado todavía a plenitud porque nuestros ojos no se encuentran todavía a su novel. Todavía no existe el suficiente respeto, no se rinde el suficiente culto a lo que se expresa en él”. *
En el camión Ruta 07 con dirección a la colonia Reforma, con los apuntes de lectura sobre John Berger, Walter Benjamín y Fernando Savater emergió Valéry: “Baudelaire como crítico no se ha equivocado nunca”. * Como Berger, podemos decir: “Las artes visuales han existido siempre dentro de cierto coto; inicialmente, este coto era mágico o sagrado.
Pero era también físico: era el lugar, la caverna, el edificio en el que o para el que se hacía la obra. La experiencia del arte, que al principio fue la experiencia del rito, fue colocada al margen del resto de la vida, precisamente para que fuera capaz de ejercer”. * Por la ventanilla contemplamos la imagen; el sitio de Monte Albán, que también contempla el guamúchil prieto, la calle solitaria y al camión pintado a rayas azules y blancas. Los pocos pasajeros guardan la sana distancia. Silenciosos, se revuelven en sus asientos. El sitio de las piedras antiguas, se puede afirmar, mira nuestra fragilidad expuesta, “cierta forma de la desnudez”, dice Agamben .
Sin bloqueos viales, manifestaciones contra del gobierno, el recorrido tomaría no más de tres horas de viaje, ida y regreso. San Martín se extiende desde las faldas de Monte Albán, hasta las riberas del Río Atoyac, colonia Reforma resulta un sitio lejano, atravesar la Central y el Centro; en el camión pude ver el rostro de mis vecinos, hacía mucho tiempo que no los veía.
El aire cargado de polvo emerge, al ruido de los frenos; al escuchar la conversación de señoras que, temerosas, acuden a la Central por la despensa, pudimos distinguir el paso de la pandemia. Desde la ventanilla del camión, en la Central, pudimos ver a los Hombres Diablo, gente sencilla que empuja el ‘diablito’ -estructura metálica con pequeñas ruedas.
Tras el lejano cristal pudimos mirar los rostros de los hombres que esperan empujar un bulto por unas cuantas monedas. “La vista es lo que establece nuestro lugar en el mundo circundante (…). Nunca se ha establecido una relación entre lo que vemos y lo que sabemos. Todas las tardes vemos ponerse el sol. Sabemos que la tierra gira alrededor de él. Sin embargo, el conocimiento, la explicación, nunca se adecua completamente a la visión “ *,
Al paso por calles desiertas, desde el camión pudimos sentir que algo ya sabemos de la emergencia -una presencia que viene desde las personas mayores-el conocimiento de los abuelos.
Dice Walter Benjamin: “Tal como sucede con la técnica del deporte, la técnica del cine implica que todo el que presencia los desempeños exhibidos por ella lo hace en calidad de semiexperto” ∙. La ciudad sola alarga sus sombras contra los muros de cantera verde y sobre las calles que bajan o vienen del Río Atoyac. Walter Benjamin inicia con una cita de Margarite Duras: “Lo que puede es lo verdadero; lo que quiere es falso” ∙ (Fig. 3). Escribió Benjamin: “En principio, la obra de arte ha sido siempre reproducible.
Lo que había sido hecho por seres humanos podía siempre ser re-hecho o imitado por otros seres humanos”. ∙ Arranca el ensayo desde Paul Valéry: “La fundación de nuestras bellas artes y la fijación de sus distintos tipos y usos se remontan a una época que se distingue marcadamente de la nuestra y a hombres cuyo poder sobre las cosas y las circunstancias era insignificante en comparación con el nuestro. Pero el sorprendente crecimiento de nuestros medios y la adaptabilidad y precisión que han alcanzado nos aseguran para un futuro próximo profundas transformaciones en la antigua industria de lo bello”. ∙
La Ruta 07 nos llevó a recordar la lectura de Fernando Savater (San Sebastián, 1947), el libro Despierta y lee . Desde el epígrafe del libro, Savater coloca una declaración de principios: “Por razones oscuras —aunque quizá triviales— me atraen los libros que reúnen cosas diversas: ensayos breves, diálogos, aforismos, reflexiones sobre un autor, confesiones inesperadas, el borrador de un poema, una broma o la explicación apasionada de una preferencia”, tomado de Alejandro Rossi, Manual del distraído.
Al comentar la lectura de Savater nos puso tras un indicio, el signo en que hay una relación de contigüidad con lo representado, una pista. ¿Cuál es esa pista? Las letras salen de un modelo, una figura retórica que ya fue utilizada y leída con anterioridad.
Con el epígrafe descubrimos la pista: La Enumeración. (figura retórica que consiste en exponer sucesivamente distintas realidades vinculadas entre sí como elementos integrantes de un conjunto, mediante polisíndeton -repetición- o asíndeton -eliminación de elementos de enlace). Sabater nos trae a Rossi, que en su Manual del distraído nos pone ante la enumeración, que antes la utilizó Homero, en La Ilíada (los profesores nos dejaron practicar la écfrasis, Capítulo XVIII).
Ricardo Piglia , nos pone junto a otra pista en estos asuntos de la lectura: “Todo lo que hago me parece que lo hago por última vez”. A la manera de recuerdos de lectura, notas, apuntes dejados en páginas sueltas, Savater desarrolla su escritura: “El mérito de Fromm estriba en comprender el individualismo no como el vicio insuperable de la modernidad, sino como su mayor innovación (…).
El problema de la sociedad contemporánea no es el exceso de individualismo, sino los cortocircuitos que la bloquean aprovechándose del miedo a la soledad y a la responsabilidad que el uso de la libertad deja en el convivir de la muchedumbre”. ∙ En este punto llegamos a coincidir: el miedo a la soledad también nos aleja de la práctica de la lectura, esa extraña forma del diálogo y la libertad.
El viaje levantó las preguntas: ¿Cómo compartir con los vecinos las lecturas que encargan los profesores? ¿Qué podemos hacer para derrotar el miedo al contagio? De regreso a la Central, se impone la voz que sale desde el altoparlante inubicable: “Para la sarna, la comezón; para que usted no contagie a su familia póngase la pomada”.
Dice Margarita Dalton ∙ cuando refiere a la Oaxaca de principios del siglo XIX: “Llegan a la Nueva España y a Oaxaca libros de Rousseau, Moliere, Voltaire, Montesquieu, del abate Raynal. En estas lecturas se encontraban propuestas sobre los derechos de los pueblos a expresarse, a participar en política, a constituirse democráticamente en asambleas, congregaciones y juntas ciudadanas, sobre la libertad del comercio, la libertad de escoger a sus gobernantes, de discutir y establecer constituciones, federaciones y asociaciones libres. Las ideas liberales”. En el camión, al regreso la Central de Abastos nos recibe con sus sonidos imborrables. “Para la sarna, la comezón; para que usted no contagie a su familia”. Ya en San Martín Mexicapam, pudimos ver al grupo de hambrientos de mezcal junto al puente del arroyo; al descender del autobús Ruta 7 un hombre con ojos enrojecidos nos saludó, en sana distancia. Pide una moneda.
Sostiene Piglia ∙, : “Un libro en el recuerdo tiene una cualidad íntima, sólo si me veo a mí mismo leyendo”. Tenemos la conclusión: la experiencia lectora lleva a nuevas formas de mirar la emergencia. (fig.3).
Leer será relacionar, rondar el territorio, buscar los indicios que los escritores dejan sobre las páginas.
Desde esas huellas, las letras, pretendemos componer una imagen o establecer el sentido que relaciona la escritura -el espacio del otro- con nuestra persona. Dentro del urbano los pasajeros se mantienen vigilantes; algunos llevan lentes, doble tapabocas y en la bolsa de la camisa el botecito de gel preparado con alcohol.

     .Fig. 2.

Fig. 1.

Fig. 3. Ricardo Piglia g

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