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jueves, noviembre 21, 2024

XXV imágenes para Eusebio Ruvalcava

Reportajes

César Rito Salinas
3 de 6
XXIII
Disciplina
Joyce dijo que para escribir su Ulises tardó 20 mil horas. Los viejos escritores te recomiendan disciplina, disciplina y constancia como si fueras un noble bruto. Si, y no. Porque la disciplina es un plato que se pone agrio al contacto con el tiempo.
Y ahí viene el conflicto cuando no se le otorga tiempo a las preguntas; la cosa no cuaja y terminas echando la culpa a la mujer, la casa, la familia, el trabajo, la querida; el futbol. La borrachera. Los amigos. No hay tiempo para escribir por más disciplinado que seas. Hay desesperación, extravío, alcohol. No hay tiempo ni el gusto para sentarte a escribir. La disciplina es mantequilla que se enrancia a la temperatura ambiente; en la práctica resulta el arma de los héroes, o de los dioses.
Los padres de la patria. Quien escribe debe saber que trabaja para levantar la patria, las palabras. El que escribe necesita hacerse de un tiempo que le cuadre en su vida, las horas cotidianas, los traslados, para cumplir su deseo de llenar este mundo con letras. Entonces Eusebio descubre el caos vial, el conflicto, y su cerebro goza después de saturarse los oídos de acelerones y claxonazos en la vía atascada.
XXIV
El navío que vuelve a puerto
Y en el restaurante sobre la servilleta de papel que despliega complacido aparece su escritura; alegre como el navío que vuelve a puerto. Y tiene el argumento para no llegar a pelear con la mujer, los hijos.
El tráfico en la noche citadita hace registro del caos. La televisión, la radio, todo emite reporte de las condiciones viales. Y cuando el que escribe vuelve a casa la mujer puede confiar en el hombre sereno que no pelea, no discute.
Y quien escribe llega a dormir tranquilo, agradecido con su vida, honorable padre de familia. Ya en la mañana, cuando la mujer se marcha a sus asuntos el hombre puede bajar los papeles del coche y dedicar la mañana a capturar en la máquina toda esa escritura que hizo en la hora de la angustia, la aflicción. No habrá mejor forma de trabajar la paz del hogar, el descanso, las horas de reposo y las letras, que al ejecutar medidas extremas frente a la angustia cotidiana que significan los traslados en medio del tráfico.
XXV
Por las calles de Oaxaca
Camino por las calles de Oaxaca con Eusebio Ruvalcaba, lo persigue una angustia, un dolor: carga una resaca marca llorarás.
Llegó a la ciudad en compañía de su esposa Coral, bajo cualquier pretexto salimos de la Biblioteca Central a buscar un trago. Quiere beber mezcal antes de leer sus poemas. A pocos pasos entramos a una trastienda, sitio que se abre sus puertas sólo para ojos conocedores. El rostro de Eusebio se ilumina frente al mezcal, barba cana, cabellos ensortijados, camisa manga larga con los puños remangados.
_ Deberás escribir un diccionario del mezcal –dice.
Luego de tres tragos salimos a la luz intensa que revienta en el andador turístico Macedonio Alcalá, alzo los ojos al momento en que unas aves oscuras sobrevuelan el cielo azul zafiro.

  • El 7 de febrero de 2017 falleció a los 65 años de edad en CdMx el escritor Eusebio Ruvalcaba, estas imágenes saludan su nombre por el segundo aniversario luctuoso.
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