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martes, diciembre 24, 2024

José Agustín y la ocasión de su homenaje en Oaxaca

Reportajes

Blanca Padilla

José Agustín fue homenajeado en Oaxaca el 25 de julio de 2010, como una forma de mostrar al autor el reconocimiento que se merecía, pero en vida, y al mismo tiempo acercarlo al público lector y generar un intercambio de ideas también con los autores locales explicó el organizador, Julio Ramírez, al inicio de ese acto que se desarrolló en el teatro Macedonio Alcalá.

El singular escritor, luego de escuchar a quienes lo acompañaban: Gerardo de la Torre, Raúl Renán, Ignacio Trejo y el periodista José Luis Martínez, dijo que estar en el Alcalá recibiendo ese homenaje, “es un recuerdo para toda la vida, algo que me deja estupendejo” y dio las gracias a ponentes y organizadores.

Durante la charla entre estos escritores y periodistas, el director del Suplemento Laberinto de Milenio Diario, José Luis Martínez, presumió su amistad literaria con José Agustín desde la adolescencia.

Para el periodista, José Agustín más que un buen escritor, era un hombre generoso. Por eso, sin ser amigos consideraba que tenía con él una amistad literaria a la manera en la que muchos lectores y escritores la sienten, pues estaba seguro de que prácticamente todos han tenido una etapa de José Agustín para escribir.

El también escritor Eusebio Ruvalcaba no pudo estar presente, pero por medio de una carta leída por Julio Ramírez expresó su admiración por José Agustín, a su manera: “Para mí, siempre has sido un escritor jefe, por eso eres de los pocos con quienes mantengo una amistad, eres un escritor selecto, de lo poco bueno que hay”.

Luego Ruvalcaba recordó que a los 24 años leyó por primera vez un libro de José Agustín y dijo: “Ay no mames, que chingonería de libro”, pues desde las primeras palabras lo atrapó. “Me hizo suyo hasta las últimas consecuencias, era una obra divertida y desmadrosa hasta las cachas”, agregó y luego de esto dijo que pensaba: “Estaría chido que los chavales leyeran algo de José Agustín. Se está haciendo tarde, por ejemplo, para que se sumergieran de un solo madrazo en la literatura mexicana”.

Elogió luego la naturalidad con la que se siente cada palabra de José Agustín en sus obras. Sin embargo, dijo que, ésta ha generado equívocos: “al leerte no falta algún pendejo que piense que es fácil escribir, pues andas sin esa camisa de fuerza de la solemnidad, ni apellidos usas, eres emblemático”, finalizó Ruvalcaba.

El ex cuñado del escritor, Gerardo de la Torre, por su parte, hizo un recuento de la biografía de José Agustín, desde aquellos días de infancia y adolescencia que compartieron en la, entonces, recientemente creada colonia Narvarte de la Ciudad de México, donde José Agustín se reveló como un lector precoz e incontenible.

De su estilo, de la Torre dijo que José Agustín es un narrador contundente, poseedor de los más variados recursos narrativos con los que crea una prosa inquieta, chisporroteante que no ha podido ser imitada porque es más que el lenguaje sonoro y cargado de doble sentido pues, tiene tras ella largas horas de preparación en gramática, filología y otras áreas literarias, ya que el escritor no se conformó con su talento natural, dijo.

La literatura de José Agustín es una literatura próxima a la vida y a la creación de palabras que dan luz a las zonas oscuras de la conciencia humana. Su literatura es irreverente, desmadrosa y cargada de humor, de un humor que divierte y hace pensar, agregó de La Torre.

Ignacio Trejo, escritor también, dijo en este homenaje que José Agustín es el padre de una literatura de lo más gozosa y barajó algunos títulos: De PerfilCiudades desiertasLa miel derramada y Vida con mi viuda, entre otras.

Agregó que el tiempo ha hecho que José Agustín tome el lugar que siempre le ha correspondido como uno de los mejores escritores mexicanos contemporáneos, aunque sus detractores negaron que lo que hacía era literatura. José Agustín no se ha quedado en la complacencia, ha crecido, así lo demuestra su obra: Se está haciendo tarde, una de sus mejores novelas, Ciudades desiertas, una locura deliciosa y Cerca del fuego, una de sus novelas más complejas, una novela donde se explota lo onírico y lo mágico, una novela a prueba de idiotas que me obliga a decir a la manera de Lucio, el personaje de El analista y sus circunstancias, “No es correcto que estés tan buena”.

El también catedrático de la UNAM terminó su participación diciendo que, entre quienes hicieron este tipo de literatura llamado “de la onda”, Gustavo Sáinz se puso serio, Parménides García Saldaña se perdió en su locura y no sabríamos que habría pasado con si aún viviera. Pero, José Agustín mantiene aún ese perfil y con él alcanzó la madurez técnica.

El poeta meridano Raúl Renán, fue más breve, tan sólo leyó un poema que compuso en honor del autor de La contracultura en México, la Tragicomedia mexicana La nueva música clásica.

Aquel homenaje tuvo lugar durante el cierre de las actividades del XIX Encuentro Literario Internacional, y ahí José Agustín estuvo rodeado por algunos de sus amigos y escritores de la corriente literaria que privilegia la frescura, la naturalidad, la fuerza narrativa y el humor y de la que es el máximo exponente: la contracultura o literatura de la onda

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