César Rito Salinas
Arde la tarde en Monte Albán, bajo los escalones imagino
El polvo, bajo el polvo los muertos enterrados en vasijas.
Ninguna cultura habrá que tenga como origen el estilo.
Sobre las vasijas los restos de comida, flores, canto.
Cada que regreso al sitio de las antiguas dinastías
Busco en la tierra los restos, pedacería de barro
Que sirvieron a sacerdotes, reyes, príncipes.
El barro cocido será la casa del humo, el aromático copal
Que marca con olores de la creación el camino de las almas.
El doctor Markens explica que la organización religiosa
Pudo vencer al olvido, donde migraban los antiguos
Cargaban con los huesos de sus muertos, los depositaron
En sótanos bajo los cuartos donde dormían sus hijos.
En las notas que levantó Caso de la Tumba 7,
indica inaudito resultado de laboratorio.
Los huesos tienen alas, portan el polkvo
De sitios distantes.
Guiados por el calendario mágico los huesos indicaron
El tiempo de los astros y las siembras,
los viajes y su regreso.
Bajo los huesos la tierra con flores, ofrendas,
bajo las flores el cielo
Con los astros que ordenan la sangre de los pueblos.
Sembraron maíz, calabaza y frijol, chiles.
Sobre la comida los huesos de los muertos amados,
Bajo los muertos el destino de la gente.
En piedra esculpieron historias, calendarios,
Encuentros matrimoniales,
nombres,
años.
Esculpir en piedra será la forma más extraña
De conservar los huesos.
Los huesos remaron por el amplio valle, en el Cerro del Bonete
Descubrieron hace poco una vasija con máscara roja.
Bajo calles y escalones la muerte, sobre la muerte los huesos.
Bajo las nubes el rayo -la greca escalonada, el símbolo de la victoria.
Tras la victoria celebración y ofrenda a los dioses,
Vida y muerte jugaron a la pelota.
Sobre la piedra el triunfo de los dieses
Sobre la muerte festejaron el camino de la tarde.
Tras la tarde la noche, tras la noche el sueño florecido.
