César Rito Salinas
El que reniega y mueve los hombros mientras anda la senda. El que camina solo frente la cuesta y mueve los hombros, renegado.
_ El flojo y el mezquino dos veces por el camino –amenazaba mi madre.
El que mueve los hombros en el camino como si moviera el ombligo. El esforzado que sube a la cima para plantar su bandera mueve los hombres mientras asciende como si maldijera su condición condenada, atacado por mil presagios como pulgas que pican la espalda.
Kurosawa ocupa los estados de ánimo de sus personajes para crear movimiento y ganar la aprobación de los espectadores. Quien rezonga tiene la voluntad del que lo mira (sociedad insatisfecha). Al poner a girar multitudes en torno al hombre o la mujer que enfrenta soledad profunda en medio de una naturaleza feroz, adversa, obtiene aprobación. Nunca oculta su fervor por la renuncia, abandonar el campo o la ciudad por ideales superiores (migración y justicia, una verdad explosiva). Las artes del cine fueron desarrolladas para atender el sentimiento de orfandad de las multitudes de origen campesino que migraron del campo a la ciudad (hay que recordar aquí a Guillermo Cabrera Infante, Cine o sardina), futuros obreros.
Kurosawa pone en escena una multitud en movimiento que conmueve el alma porque el espectador al interactuar con imágenes en lo oscuro descubre que lo narrado trata de su propia historia; la propia vida llevada al cine o la vida como la gran sintagmática que se narra en el filme; cada realizador busca hermanar su trabajo con la experiencia de los hombres desterrados.
Kurosawa comparte soledades entre desplazamiento y multitud; así logra el fervor de quien observa; ocupa un espacio vacío. Podrías hacer un ejercicio cinematográfico para comprobar esta opinión. Sube la cuesta mientras tu amada hace el registro visual al pie del monte.
Ella, la amada, tendrá en primer plano tu espalda bajo el movimiento de las aves marinas (hay un mar, todos los caminos llevan al mar), el azul del cielo y las nubes hacen mil figuras al ser agitadas por el viento mientras en el sendero tú agitas los hombros como única expresión propia.
El cuadro de la multitud en movimiento levanta simpatías porque sintetiza el tiempo de esfuerzo y sacrificio (quien rezonga tendrá el perdón de quien lo mira). El movimiento resulta infalible para impactar el espíritu. Hay un cielo y una tierra que te esperan, el recorrido de un punto a otro punto en medio de adversidades, el traslado obligado.
Ella, tu amada, recompensará tu esfuerzo, tendrá un sentimiento de amor legítimo hacia tu persona, al esfuerzo que haces en medio de la incomodidad en el ascenso de la cuesta y a esa oportunidad que le brindas de ocupar la primera silla en la platea. A los ojos de ella te encuentras solo en el mundo que asciendes, sin posibilidades de lograr la meta, cercado por oposición; querrá ser tu compañera, apoyarte en tu empresa, estar a tu lado; te amará para toda su vida por darle la oportunidad de observar en primera fila una historia de esfuerzo y resistencia que es como la suya pero encarnada en otro cuerpo; por el esfuerzo representado en la subida ella te dará su corazón.
Ahí está la magia de las imágenes que brotan en la oscuridad. Los amores se concretan en el encuentro de la expresión de esfuerzo y resistencia en la clase social, entre pobres y ricos; el amor resulta un acto de afiliación. El recorrido de un punto a otro punto entre adversidades genera el amor porque ocupa el espacio vacío en la persona, la experiencia sufrida y olvidada (hay un impacto, luego nos salva el olvido), la migración; sombras en movimiento que se mueven entre tus propios recuerdos sin que nadie lo note, como un secreto.
La multitud y el movimiento, contemplar la lucha del hombre contra lo adverso otorga la confianza que toda mujer demanda para entregar sus sentimientos a un hombre que fue hasta hace poco tiempo desconocido para ella (los rostros no representan mucho, lo que destaca es la experiencia ocurrida en otra persona, que tiene relación con la propia vida y que nadie distingue que no nos pertenece, que fue usurpada: que brotó de lo oscuro).
La imagen de la naturaleza feroz y las multitudes en movimiento lograrán que los estados de angustia y liberación ocupen el mismo espacio en el pecho del espectador, y lo reconforten. Kurosawa sabía que manejar los sentimientos de quien te mira es llenar el espacio vacío. Resistencia y liberación son la fórmula política repetida para impactar el alma de las masas en favor de las dirigencias.