César Rito Salinas
Abaut suffering they were never wrong
W. H. Auden, Musee des Beautx Arts
El pasado me resulta diferente frente al dorado
marco del cuadro.
No digamos si la obra cuelga del liso muro en el museo.
puedo mirar en la pieza el alineado sitio de taxis
que aguarda frente a las puertas de la antigua casona
la combinación de amarillos, negros y verdes
que me remiten a las ancas
del cabello
que pifis,
pensativo,
mientras agita las largas cerdas que penden en su cola.
La pintura revela el lenguaje de la clarividencia.
Puedo oler en el limpio museo ese olor de la muerda
que emana de los establos al rayar el alba.
(en el museo ese aire de Maestro Limpio comprado a granel
me dice que ahí, en ese sitio,
una bestia se hizo caca
y que diligentes trabajadores
rociaron con limpia pisos
al momento en que se dejaron escuchar
voces distraídas de los visitantes)
Como la tía Carmen, allá en Tehuantepec,
que mandaba a su hijo Gustavo
a rociar Pinol
en el chiquero
cuando se anunciaban visitas.
En toda representación prevalece el sentimiento de orgullo
-cierto localismo.
El olor y los sonidos se pierden
en perfecta coordinación
con los colores.
No sé a dónde nos lleve esto.
En las cuadras de los caballos -en las porquerizas-
logro contemplar el orden de los colores
cuando anticipan el contorno de los objetos.
Encuentro que -como lo supieron los maestros de la pintura oaxaqueña-
la belleza se levanta entre la honesta atmósfera
que contiene a la mierda.