César Rito Salinas
Según Aristóteles (libro IV de la Física) el tiempo está compuesto por dos partes, futuro y pasado. El futuro será en algún momento, pero aún no es; el pasado, en algún momento fue. El estagirita señala que el tiempo no existe de manera absoluta, solo de forma relativa y oscura, al observar las obras de arte el tiempo ordinario cargado de prisas y preocupaciones se detiene y genera en quien lo mira pensamientos que llegan acompañados con preguntas -interrogar sobre la obra será la otra medida del tiempo.
Pasado
Nació en 1983, bajo el signo de la marginación y la abundancia.
Se hace llamar Skume, y regresó de la muerte.
__De esto no quiero hablar.
En cada entrevista con los pintores hay cierta narración oculta que, si se aprecia desde la narración, sobrepone dos historias. Para llegar a desentrañar las palabras, recurro a la poesía de Daría Galicia -sobrepongo el lenguaje de la información con el lenguaje simbólico de la poesía hasta que la yuxtaposición formen una malla -un entramado- que deje ver la imagen del entrevistado.
El día en que redacto la entrevista de Skume leo el libro de Darío Galicia, La ciencia de la tristeza, en sus páginas encuentro este poema:
NOTICIA: En este país, por falta de riego/el hombre desperdicia el 8 de sus ríos./La lluvia tampoco se aprovecha./Las corrientes llegan al mar sin uso,/y el campesino, harto: emigra de esta tierra empobrecida[1].
El martes que siguió al primer lunes de Guelaguetza, me recibe en las instalaciones de la Galería Código Nahual (Reforma 406, Centro, en la parte alta de Mercadito Gastro de Jean Marc), mientras habla pausado recuerda los días de su infancia, el espacio del “agua en abundancia”, como si fuera un poeta, comparte imágenes -la elaborada forma de aproximarse a sus conceptos:
__En Arroyo 20, los peces, de tanta agua, salían al camino cuando la presa rebosaba.
Temporada de lluvias, la huella de la infancia.
__Había amigos que, en 1998, migraron y, al regresar nos mostraron los primeros Tags del grafiti.
EDIPO MIRA I: hoy he vagado contigo por las calles/y finalmente he comprobado que la luna/es una perla…/una esfera blanca abandonada/sobre el plano azul del cielo/por el pulso firme de Picasso/o un pintor desconocido/y/ahora veo que aquella tarde el sol/regaba sus rayos/asimétricamente alrededor de nosotros (Darío Galicia).
Ese año del 98 Diego adoptó el nombre de Skume, se dedicó a la escuela y al grafiti. Hijo de Celso Wilfrido Olivero Velásquez, campesino, jugador de la pelota mixteca, en su terreno sembraba maíz, alfalfa; tenía vacas, elaboraba queso y quesillo. Diego hizo estudios de arquitectura, los concluyó.
En su infancia, al arar el campo el niño Skume descubrió que de la tierra brotaban figuras de barro cocido; al consultar los libros supo que eran figuras precolombinas, hasta la fecha las conserva.
HORIZONTAL. A una yarda/ de la esbelta cinta asfáltica/la niña rubia extiende los brazos/formando 2 ángulos rectos/inclina el rostro sobre el crepúsculo/y su cara es un veloz y ligero STOP/de un semáforo/las manos abiertas a 45° grados/y sus dedos sus transparentes dedos/separados/cada uno/a una milésima de pulgada/sostienen a las aves rotas/que clavan sus alas/en el viento/viento (Darío Galicia).
Al egresar de sus estudios universitarios, trabajó por algún tiempo como arquitecto en despachos, compañías constructoras.
El futuro
Diego Olivera Montesinos, originario de Soledad, Etla, pertenece al Colectivo Nahual, de Oaxaca, en su pintura trabaja las máscaras, dos de ellas cuelgan de los muros de la Galería Nahual (Reforma 406, Centro).
__De esto no quiero hablar.
El antropólogo francés Marcel Mauss (1872-1950) elaboró los primeros estudios sobre materiales y técnicas utilizados como líneas de investigación para la antropología; más adelante, Alfred Gell[2] (1945.1997) propuso “el giro hacia el arte” como modelo para investigar fundación y vida cotidiana de las poblaciones.
El niño campesino Diego combinó sus estudios de secundaria con la pintura del grafiti de 1998 al 2010. Luego detuvo las incursiones nocturnas, donde intervenía los muros de sus vecinos.
__Pude darme cuenta que con la pintura hacía daño en la propiedad privada.
En su cabeza estaban los peces que vio en el camino, en temporada de aguaceros y las estatuillas de barro que salían de la tierra al meter el arado, pero se metió a estudiar arquitectura.
__Tengo la licenciatura terminada.
Trabajó de arquitecto; hasta que sucedió lo que sucedió.
La historia de Diego pareciera la tragedia escrita en la antigua Grecia, donde diálogo y personajes, las acciones, representan el Destino.
Una tarde un amigo lo invita a la fiesta de un pueblo vecino, Diego, fiel camarada, lo acompaña. Las tardes de fiesta en las localidades del valle de Etla, el baile pareciera no tener fin; viejos conocidos se encuentran, corre la alegría.
Y, la fiesta también convoca a los antiguos enemigos.
Esta fue la suerte de Diego, el arquitecto. Por separar un pleito entre amigos recibió siete puñaladas. Los mismos socorristas lo dieron por muerto, pero no murió.
El pleito no era con él, Diego solo intentó poner la paz -lograr la paz nos cuesta la vida.
Pero estaba escrito, también, que pasaría dos meses en el hospital con un pulmón perforado y 10 meses más en casa, en recuperación.
__ Diego ¿qué te salvó la vida?
__La pintura.
Al recuperar la salud se hizo hippie, lo abandonó todo, estudios, carrera, trabajo. Todo. Se alejó del pueblo, tenía en su cabeza el deseo de vivir, conocer lugares, gente. La pintura lo llevó a estancias prolongadas frente al mar, la sierra.
Los cuadros qu cuelgan en la galería dan testimonio de sus viajes.
__Ya nunca más volví a trabajar lo que estudié.
Los habitantes de los pueblos de Etla otorgan valor a las imágenes, fundan pensamiento y acción cotidiana a partir de lo que Alfred Gell denominó agencia. Un arroyo no es un arroyo sino algo más, el espacio donde habitan entidades de poder.
En Soledad Etla, municipio de Diego Skume inició la tradición de la “comparsa”, que se volvió popular en agencias y colonias de la ciudad capital.
__Pero no es “comparsa”, su nombre verdadero son las muerteadas y nació en mi pueblo, Soledad.
Cuando redacto la entrevista, me asalta una pregunta: ¿qué pueblo sobre la tierra se llama Soledad?
Pasado un tiempo de hippie, Diego abrió su taller en Oaxaca, Yaguar.
__Invité amigos para que hicieran su trabajo de la pintura, con esos amigos logré aprender técnicas, disciplinas del arte.
__ ¿Tú te iniciaste en la pintura ya viejo?
__Sí, ya era mayor.
La pintura de Diego no busca el ciclo terminado de la obra, forma espacios abiertos donde se testimonia el tiempo sobre colores, figuras y formatos. La materialidad y las técnicas logran una gota de tiempo. Sus personajes forman una zoología expectante, acusadora. Tiene en la Galería Nahual el cuadro de una ballena que mira acusadoramente a quien la mira.
__En qué técnica te sientes mejor?
__En el óleo, pero trabajo en acrílico; el grabado.
Y al obtener la gota del tiempo las formas del arte zapoteca cobran vida, regresan como si la pintura fuera metáfora elaborada con trazos bruscos que delinean rostros primigenios. Su pintura testimonia el no-tiempo, el presente (un tiempo memorioso).
En sus cuadros ofrece una ofrenda.
__En un tiempo me preguntaba si no fueron los artistas lo que dieron el nombre a los dioses, los artistas que dijeron a la forma que salía de sus manos Quetzalcóatl, Tláloc, Cocijo, Xipetotec.
Diego elabora su pintura con esa duda: ¿fueron los artistas los que dieron nombre a los dioses? Una ballena en suspensión líquida recarga el peso de su cuerpo en los ojos que te miran, rostros atravesados por líneas como cicatrices; calaveras que te miran con los ojos vacíos, máscaras enigmáticas.
__Pinto, soy originario de Soledad Etla, me llamo Diego Skume.
[1] Darío Galicia, La ciencia de la tristeza, Ediciones Sin Fin2019.
[2] Alfred Gell, Arte y agencia una teoría antropológica, Paradigma Indicial, 2016.