César Rito Salinas
Sin embargo, las cosas no son tan simples.
Geroges Didi-Huberman, Lo que vemos lo que nos mira
Si se camina por las calles de la ciudad apartado de la información del momento -luchas al interior del gabinete, conflictos magisteriales, carestía de la vida, inseguridad, jornadas electorales-, se podrán despojar de la prisa que nos agobia y observar, por algún momento, la belleza que salta entre calles y edificios.
Algo tendrá Oaxaca que con su luz y su patrimonio nos lleva a la calma. El poeta chileno Álvaro Ruiz, a su paso por la ciudad, me dijo que las calles de Oaxaca le resultaban antiestrés.
En las aulas de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca hay docentes, doctores en Historia del Arte que conducen a sus alumnos a caminar y despojarse de las telarañas que la prisa impone en la mirada.
Para intentar resolver el acertijo entre patrimonio y vida cotidiano, ese origen de las telarañas en la mirada, la entrevista de esta tarde es con el Dr. Juan Manuel Yáñez, docente en Historia del Arte.
– La ciudad cuenta con un gran acervo que tiene su origen en el periodo Colonial y siglo XIX, ¿cómo poder interesar a las nuevas generaciones en el estudio de esta tradición?
Para interesar a los jóvenes en una tradición es necesario conocerla y valorarla. Oaxaca es un estado rico en arte virreinal y del siglo XIX, sin embargo, la investigación en historia del arte es escasa y por lo tanto el conocimiento del arte del pasado, tanto en su sentido religioso como político, social y artístico. En ese sentido, el arte no genera entre los jóvenes un vínculo con el pasado, como patrimonio.
– En una entidad con altas carencias y necesidades, ¿qué estrategia será necesario aplicar para difundir los estudios del patrimonio en pueblos y comunidades?
El patrimonio, entendido como herencia o legado de nuestros antecesores, otorga un sentido de identidad a la comunidad, tanto por su relación con la vida cotidiana en la fiesta o con la devoción a las imágenes religiosas que habitan los templos virreinales, como por su valoración histórica y artística. En este sentido, considero que es necesario un diálogo equitativo entre las comunidades poseedoras del patrimonio y las instituciones académicas.
– Son suficientes los esfuerzos de las instituciones educativas para este propósito?
El ámbito académico es muy limitado para abarcar el inmenso panorama estatal, desde hace varios años ha habido el intento por parte de investigadores de catalogar las obras virreinales en el estado. Este es solo un comienzo para conocer la riqueza cultural de arte en Oaxaca, pero aun las imágenes tienen que revelar su sentido en la sociedad antigua y la del presente. Mucha de esta labor depende de los maestros y las personas de las comunidades, por medio de proyectos que permitan el conocimiento y valoración del patrimonio local.
– ¿Hará falta una visión empresarial para difundir, conservar y generar el estudio de los temas del arte?
Las instituciones públicas y privadas han impulsado proyectos para este fin, que han dado buenos resultados.
– ¿Cuántos años como docente en Historia del Arte? ¿cuáles los retos por venir? ¿cuáles sus satisfacciones por el trabajo realizado?
– Desde el 2016 he sido profesor de tres generaciones diferentes de estudiantes en historia del arte en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, que me han permitido conocer los intereses de los estudiantes respecto al arte oaxaqueño. Sin embargo, el proceso de formación para consolidarse como investigadores es largo. Me alegra ver los profesionistas locales se desarrollan en el ámbito cultural. Los retos son fomentar la investigación desde los centros educativos profesionales y su vinculación con la sociedad…
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En cada esquina de la ciudad se encuentra un reto, un indicio de las investigaciones futuras. Cuando camino hago preguntas, me interesa saber por cada edificio, cada imagen, cada piedra que logra este espacio en el que habitamos. Del Dr. Juan Manuel Yáñez recibí el nombre de investigadores, la metodología utilizada en las investigaciones. Por Yáñez me enteré de los trabajos de Erwin Panofsky, Carlo Ginzburg, Aby Warburg, Didi-Huberman; de la obra de tantos y tantos investigadores.
Cuando camino levanto preguntas, lo mirado me interroga y lo interrogo: ¿por qué en Oaxaca desconocemos tanto del patrimonio que nos legaron?