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jueves, septiembre 19, 2024

El canto y el lobo de Ulises Platas

Reportajes

Por Rodrigo Islas Brito

Ulises Platas dibuja mucho en la pared, es más cómodo. Su obra se mueve a paso de oruga y de tornado entre las líneas y sus muchas insinuaciones. El artista plástico, nativo de Oaxaca de Juárez, también se dedica a la carpintería y construye sus propios bastidores. La pandemia se llevó la vida de su padre, madre y hermana. Platas sabe que la vida es veleidosa como los contornos que pueblan sus personajes, que se nutren de los lamentos y fiestas de “Los hombres del alba, de Efraín Huerta”, y de la candidez y el romance de Los Amorosos, de Jaime Sabines. El autor enseña el cráneo negro encendido de “El arquitecto crudo”, obra que vino a su mente desayunando una madrugada-mañana en La Poblanita con un caldo de res algo picoso.
 
De su obra con forma animalesca, lienzo de variaciones basquiatianas y perfil sesgado en el aire de un licántropo, ha sido titulado como “El canto del lobo”. ¿De dónde vienen tus imágenes?, se le cuestiona al artista. Este habla de la niñez, de la belleza y de esos lugares en los que ni las imágenes tienen sentido ni origen. “Me gusta en general la naturaleza y las formas felinas de los gatos”, apuntala sobre sus convicciones creativas.
 
¿Es complicado ser artista? ¿Vivir de esto?. Ulises escucha la pregunta. Recuerda haber estado trabajando ocho años en el gobierno estatal. “Renuncié para por fin dedicarme de lleno a lo que más me gusta. No fue nada complicado hacerlo”, declara el entrevistado.
Como estudiante de arquitectura, Ulises se matriculó en el Taller Rufino Tamayo. Juan Alcazar, Gabriel Macotela y Shinsanburo Takeda fueron sus maestros. En 1999 vino su primera exposición individual ¿Cómo influyó tu arquitectura en tu arte? Ulises Platas responde que más bien fue al revés.

“Me dediqué mucho tiempo a la construcción, deje de pintar como diez años, pero al final el llamado del arte fue más fuerte. Regresé a los lienzos en el 2018, fue un tema emocional . Me fui de lo abstracto a lo expresionista abstracto”, expresa el artista, al tiempo que asegura que las formas y los colores de Alejandro Santiago lo han influenciado bastante. “Sus texturas me obsesionan. En mirar su obra he encontrado mi propia búsqueda de lo estético”, cuenta sobre la admiración que profesa por el mencionado escultor y pintor oaxaqueño nativo de la colonia Alemán

Ulises nos confía que ha tenido muy recientemente y en muy corto periodo de tiempo, dos exposiciones en la Ciudad de México y una en Puebla. “Ha estado gustando mi trabajo”, admite con ganas pero con cierta timidez. Cuenta que cuando él empezó en el mundo del arte había mucha oportunidad de exponer en Oaxaca. “Tuve dos exposiciones en el centro social del ISSSTE, que estaba en el andador turístico, donde está ahora Chocolate Mayordomo. Ahora es diferente, ahora he comprobado que el tema abstracto no pega mucho en Oaxaca”.

La obra de Ulises Platas se mueve más en la Ciudad de México, Monterrey y con clientes de otros países. Pronto incluso está por abrir con otras personas una galería en la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Finalmente, enseña una serie de dibujos suyos llamados “Los otros” poblados por rostros de medusa fantasmales volviéndose una niebla, por caretas infantiles que se sumergen en un río negro. Para Ulises Platas la oscuridad es una oportunidad para acceder a mundos nuevos.

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