César Rito Salinas
Uno
La cita fue para el jueves, a las 7 de la tarde, Av. Del Taller, a un costado de la estación Chabacano.
La degustación la coordinó Meli Roura, la madrina de los mezcales.
¿De qué trata una degustación de mezcales artesanales ofrecidas en un taller de cerámica?
No lo sé.
Llegó Meli, que colabora con canal 11 de Televisión.
Un compa coordinador de podcast. El dueño del taller, su compañera. Y un poeta.
Y estaba la mochila Casa de Oruga recién adquirida en La Lagunilla, repleta de mezcales envasados en relumbrante y frágil cristal.
Y estaba el Metro, su traslado desde Ciudad Azteca hasta aquellas distancias de San Antonio Abad, al sur.
Y estaban los transbordos, dos.
La cosa comenzó así: tenía quesillo de Oaxaca, de Etla. Y las ganas que te produce esta ciudad de compartir mezcales con los amigos. Escuchar sus risas, el tono de sus voces. Los colores de la ciudad al caer la tarde. Los autos que languidecen de velocidad y rutina al atardecer -como dinosaurios en las horas de su extinción.
¿Los promotores de los mezcales artesanales estamos preparados para enfrentar los desafíos de la era industrial de los mezcales?
Sí lo sé: no lo estamos.
Dos
Busco la respuesta en las calles de CDMX.
La ciudad muere de agobios burocráticos, se marchita con esta burocracia de la izquierda.
Sofocones.
Esa tarde del jueves no tenia más que montar la bolsa de los mezcales a mi espalda y emprender el camino en busca de los amigos.
Tres
CDMX tiene eso, nadie se extravía si está en la calle con una razón. Las direcciones están a un paso, si se sabe preguntar.
¿Ve usted esa tienda del Tres B?, el taller está a un lado. ¿Puedes ver una tienda? Al lado -Meli dando referencias por el Watts, para llegar al punto indicado.
Los mezcales a la espalda, la violencia de aromas y sabores del quesillo cubierto por una mano bordada en los Valles Centrales.
Cuatro
Hablé de los trabajos del hongo Aspergillus Oryzae, de los 25° de temperatura como punto óptimo para su labor eficiente; de los 600 a los 1400, los 2000 metros sobre el nivel del mar que requiere la planta maguey.
Pude ver en el rostro de mis amigos el fenómeno de la traslación.
Emprendieron el viaje.
De los maestros mezcaleros no diré nada, ellos hablan en la perfección de su trabajo.
Pude hablar del Edén de aromas, los convocados realizaron un viaje guiado por aromas del mezcal; la degustación.
Puedo decir que para mí el mezcal es un hecho del lenguaje. ¿Cómo abordar su presentación? ¿Cómo compartirlo?
Para la presentación del jueves traje a los maestros que dieron inicio al Happening como acción del arte (¿por qué no relacionar nuestro mezcal con la acción del arte?).
Alla Kraspofw. Claes Oldenburg. Carolaes Schnemann.
El happening surgió en un periodo de gran cambio social y político, luego de la Segunda Guerra Mundial.
Involucra a los espectadores como participantes activos (la experiencia que se comenta es la de quien degusta, no de quien expone).
El movimiento surgió en las décadas de 1950-60.
El mezcal guarda la llave de la memoria, tiene el rumbo conocido por los extraviados. El origen.
La degustación inició en punto de las 7, terminó casi a las 11.
Aquella noche mis amigos querían continuar la charla en la banqueta, como si recién hubiéramos salido de una sesión de Doble A.
La popular banquetera.
Por nada y no alcanzo a volver en Metro a Ciudad Azteca, en el Valle de Ecatepec; a la mañana siguiente desperté pleno, como quien abre los ojos luego de una estancia en el Edén de los aromas.