20.9 C
Oaxaca City
sábado, septiembre 7, 2024

El mar de los corsarios

Reportajes

César Rito Salinas

Tierras del viento-

Vengo de las tierras del viento fuerte, de los mulles sin pescadores, de las tardes en que caben las naves amarradas a la tristeza por su abandono, su olvido.

Provengo de las tierras que se abren junto al mar.
Tierras donde la tristeza crece como mala hierba en tiempos de aguacero, donde sólo la lectura salva el cuerpo de la tentación del suicidio, el vicio.

Las tardes pasan acá sobre el cortejo fúnebre que acompaña nuestra gente, mi gente, por el camino del sol y viento que se adelanta frente a las casas.

Tardes donde es mejor morir que esperar la vida que se abrirá mañana. La tierra sin futuro. Los barcos amarrados en el muelle entonan la canción de otro tiempo, la de los días de captura de peces y crustáceos.
Días de trabajo que hacen florecer la vida.

Algún marino viejo andará por ahí, pegado a la muleta que suple a su pierna, entre guindolas donde se revuelcan con el viento amargo las espigas de trigo desembarcadas en los recuerdos.

Con este tiempo ningún marino acude a los mulles.

Se convirtieron todos, casi todos, en sombra de cantina.
Otros hombres, siempre hay otros, acuden al templo evangélico a orar por sus perras almas. Su podrida alma después de que dilapidaron juventud y dineros en los mejores burdeles del Pacífico.

Tarde en que ya no queda el consuelo de acudir a la estación del ferrocarril a ver partir los trenes. El puerto ya no tiene ferrocarril, de aquel tendido inaugurado por Porfirio Díaz en 1909, solom quedan las vías que orinan sarro sobre nuestra tierra.

Tardes sin capitanes del mar, que abandonan la marinería para largarse a beber o ir a rezar por su podrida alma.

Tiempo en que se pudre el casco del barco, la cabuyería, el mástil que ya no vence las tempestades.
El puerto entero abandonó la pesca.

Ahora los jóvenes solo desean engrosar las filas de los burócratas, el sicariato, para hacerse viejos sin historias de mar qué contar en las tardes de viento.

Dos o tres hombres recuerdan las historias de batallas épicas en el mar.

Los viejos capitanes del mar.

Pero ya no sueltan las amarras de ninguna embarcación.
El mar no es más que un pasado podrido, territorio de los abuelos y fallecidos.

- Advertisement -spot_img

Te recomendamos

- Advertisement -spot_img

Últimas noticias