El pescado en la madrugada, su cuerpo grueso de huesos, largo de escamas. Intento expresar las imágenes del pescado lisa con los ojos abiertos dentro de la palangana roja, por los rumbos del mercadito 40, en San Blas Atempa.
La palangana que sostiene en la cabeza la mujer, cunado vuelve del mercado. Toda la prodigalidad del pescado con sus ojos abiertos. Hay un diálogo entre la escama y el aire. Un diálogo entre el aire y los grandes ojos abiertos mientras sube y baja la palangana sobre la cadera.
Mar de los mares, tu cadera.
Yo tenía un perro, murió entre las ruedas de un auto.
Pasa el mototaxi, el pescado se lo queda mirando.
Yo hago la vida, la mirada, por encima de tu cadera. Sube el polvo al mototaxi, la enagua roja y azul le dice adiós.
Yo tenía un perro.
La palangana no se atormenta por el ruido el pescado que nada en el mar rojo de las escamas. Ojos abiertos. En el cielo pasan nubes gordas que anuncian aguacero, el pescado las mira sin parpadear.
En el patio de la casa la piola del tendedero vibra como una guitarra que entona la canción de la infancia. Sube y baja.
El pescado se mantiene sin parpadear en la palangana, guarda en su memoria su cielo, la axila florecida de la mujer que vuelve del mercado.
Del baño que está al fondo del patio sale una adolescente, de la planta de sus pies brota un río que viene de lejos, de la altura de sus cabellos.
¿Ya llegaste ma’?
El pescado navega en un río de agua dulce, del ombligo a las rodillas.
Llegué.
El diálogo de las mujeres trae flores de albahaca. Ay, qué calor. El pescado escucha con los dientes afilados como quien se dispone a atravesar la oscuridad de la noche.
La mujer deja la palangana en la mesa del patio. Mucha calor. Se desnuda para entrar al gua. El pescado la mira, el pescado la está mirando como hombre de madrugada, en el lado izquierdo de la cama.
Alto, desnudo, solo.
La mujer camina desnuda entre la sombra del almendro. El pescado gotea recuerdos de mares profundos.
La enagua en el tendedero es una bandera roja de la rendición, se alza en el cielo como bergantín que se aleja en el horizonte.
Aquí todo.
Marco, remarco, subrayo, insisto. ¿Ustedes saben la diferencia entre escribir con lápiz y hacerlo con pluma?