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lunes, septiembre 16, 2024

El tiempo de lluvias y el lenguaje

Reportajes

César Rito Salinas

En ocasiones son los propios documentos

los que nos llevan a dudar

de sus noticias.

Marc Bloch, Crítica histórica y crítica del testimonio

La lluvia, quien lo diría, desencadena relaciones fundamentales para la permanencia del ser humano sobre la faz de la tierra (hay historias de inundaciones, sequías¸ le siguen historias de sequía, erosión, desertificaciones). El tiempo de aguas, en apariencia simple y cotidiano obliga a la repetición y -con un tomo- a su registro que se convierte en historia. El tiempo de lluvias logra virar la atmósfera en la que los miembros de una comunidad desarrollan actos cotidianos, memorables.

La lluvia formó el inicio del lenguaje escrito; fue grabado en piedra y arena, con los huesos esparcidos por las guerras. Al mediodía camino por la calle. Soy criatura mínima, los rayos del sol me agobian. Extraviado entre la multitud tengo sed, como único recurso para satisfacer esa necesidad levanto a vista (encuentro que al mirar el cielo continúo con el relato de una historia milenaria).

Alguien me dirá que para saber del clima que me espera puedo mirar en el teléfono la aplicación el reporte del tiempo; lo hago, pero siento que reduzco mi campo visual, el registro de mi esperanza, al buscar los resultados del clima en ese mínimo espacio.

Llego a casa, preparo café. Poco importa la ciencia, sus resultados; los avances del pensamiento. Como el primer hombre que contempló el fuego; soy gente de mar, de navegaciones. En tierra respeto la lluvia que me obliga a quedarme en casa, poner café en la estufa, habitar con fervor el imperio olfativo de las galletas.

Para saber de la lluvia y las culturas leo, me documento. Reconozco que leer el futuro en la mano es recurso antiguo; descubro que no hay ciencia o fe que valga para satisfacer de este deseo de llegar a saber del tiempo por vivir.

Encuentro que designio y escritura son hermanas gemelas, las partes que conforman nuestro futuro; puedo afirmar que, si alguien escribe, cambia el futuro porque integra su escritura a la interpretación.

Desde tiempos antiguos se busca la adivinación; la llegada de la temporada de lluvias es la confirmación de una antigua lectura del maíz. Se podrá afirmar que no habrá vida humana sin pronóstico, porque la naturaleza homo sapiens resulta frágil ante la atmósfera. Anticipamos lluvias y sequías, inundaciones desde que la naturaleza humana habitó las cavernas.

La clarividencia será la interpretación de los signos que nos revelan el porvenir, el destino. ¿En qué se basa la clarividencia? En lo dicho por la palabra mirada, puesta en aquello que no existe.

Trabajo el lenguaje escrito, de alguna forma soy el adivino que interpreta los signos.

Tal vez la lluvia sea el principio de la adivinación, la magia; una suerte de religión practicada en el pasado. Los conteos -pareciera extraordinario- conllevan la búsqueda del futuro, el predecir; y ahí está la escritura, anticipar convencidos de que son los indicios (la interpretación de lo simbólico) lo que marca las horas y hechos del porvenir.

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