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lunes, septiembre 16, 2024

Instrucciones de uso: agítese bien antes de usarse

Reportajes

César Rito Salinas
La guía para narrar historias dice: a partir de una frase elaborar un relato. Pone como ejemplo a Carver, que leyó un ensayo de Flannery O’Çonnor.

Acá puro león, o tigre, o puma; muy jodido, lagarto.
Pasa el camión urbano, desciende el viento, en las manos lleva la cuerda de un perro melenudo, león que me mira al pasar con sus ojos de mezcal. Las madres con niño en brazos gustan mirar descaradamente a los borrachos que yacen tirados en la banqueta. Tres de Mayo, fiesta de la Santa Cruz. En la banqueta sucia de polvo y perros las adolescentes pasan sin mirar a nadie, pegadas al teléfono celular. Ay, Laurita, Laurita se va caer. Faldas y miradas al aire. Cangrejito playero. Globos de mil colores. Los borrachos bailan en la calle con permiso de todo mundo. Tres de Mayo, día de la Santa Cruz. Cuchito encebado, cuchito bravo. Los ebrios vienen y van con sobrero de otro tiempo, lentes negros. Padrotes. California Dancing Club.
Dirty Dancing.
Acapulco tropical a media calle de una colonia popular en Oaxaca. Viento fresco que corre a mirar a las mujeres que bailan mientras el hombre de la esquina se hace el extraviado y empina el pegue de mezcal.
Papel picado amarrado a la celosía.
Suena la banda de seguridad pública. Los policías en este día olvidan macanas y escudos, cascos y toletes, rifles y pistolas y cambian su equipo represor por tubas y trompetas, tambores que resuenan a lo largo de la calle Presidente Juárez, al pie de Monte Albán. Partituras. Los policías conviven con los borrachos de la colonia. Santa paz. Fiestas del Tres de Mayo. San Martín por la secundaria. Día de la Santa Cruz. Fiesta de cuches, niños y mujeres; policías y albañiles. Chalanas y chalanes, cohetes. Desde la madrugada sonaron los cohetes.
Policías y ladrones.
Tony El Monstruo baila, recién llegado del Down Town de Los Ángeles.
Hora de cerrar la calle y esperar que el milagro de la alegría descienda sobre gente sospechosa.
En la esquina doy un pegue al marro que traigo en la bolsa de los pantalones, camino mientras espero que el mezcal haga su trabajo en las entrañas.
Como el sol como el sol cuando amanece.
Ni menos de tres ni más de cinco.
Hay que a guardar la norma para n terminar embarrado en la banqueta o beber hasta que se cumpla la profecía: con un trago el mundo se aclara, con dos las cosas cambian, con tres se ponen las chingonas.
Mi madre dijo eres borracho, ¿por qué habré de llevarle la contra?
Fiestas del Tres de mayo en San Martín, allá por la colonia Presidente Juárez, Moctezuma, Margarita Maza, Hidalgo, Luis Donaldo Colosio, acá, en Oaxaquita la bella, la pura banda -parte ruda de la ciudad donde no llegan los Fifís.
-0-
Cuando termino el ejercicio regreso al manual del relato. No me hallo -cuando leo entiendo muy bien las instrucciones; cuando escribo me sale la historia patas para arriba. ¿Esto será el estilo propio de narrar? ¿Ir contra las instrucciones?
En la clase de grabado, cuando la profesora me indica que elabore el boceto de mi tema, las líneas me salen chuecas. O elaboro las líneas a mi manera, como si la raya se reventara en puntos suspensivos. Esta conducta contra la autoridad, la instrucción, tiene que ver con la disposición de la energía que alimenta mi cerebro. Soy rebelde, terco, así nací y no puedo compartarme contra mi persona.

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