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sábado, septiembre 21, 2024

Juana habla, Alejandra Sic le responde

Reportajes

Por Rodrigo Islas Brito

“La idea fue darle voz a una mujer callada por un régimen imperial y patriarcal”, define la actriz y creadora escénica Alejandra Sic, quien debuta como directora de ficción con Juana habla (México, 2022), cortometraje perteneciente a la variada propuesta expresiva de La odisea de Juana, exposición multidisciplinaria de Alicia Christov, a inaugurarse al público la tarde de este viernes 24 de noviembre en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).

Con la complicidad creativa de su hija Indiana Christov, la mencionada artista italiana afincada en Oaxaca presenta ochenta fotopinturas en un concepto barroco y alterado que funciona como una especie de altar medieval con reminicensias a los cuadros de El Bosco y su vocación por llegar hasta su últimas consecuencias. Los diferentes escenarios y formatos que las dos mujeres Christov imaginaron para Juana I de Castilla,, mal llamada para la historia como Juana la loca incluyeron la realización de varios cortometrajes entre los cuales dos destacan por la participación de una tercera en concordia, la propia Alejandra Sic.

La realizadora con un nombre real, excesivamente misterioso, conversa sobre su opera prima, Juana habla. Monologo expresado por una mujer cuyo padre, Fernando II de Aragón la encerró en una torre porque no quería que ella reinara, cuestión para la que primero la declaró clínicamente loca. “Aunque no necesariamente Juana quería estar dentro del poder, era una mujer cultísima, tocaba el clavecín y estaba muy entregada al amor con un príncipe llamado Felipe El Hermoso”, narra Alejandra.

Destaca que entonces y ahora una mujer pasional puede ser objeto de una despiadada persecución, ya sea por ser madre, o por una puntada de duelo, como el haber llevado el cadáver de su marido a dar el rol por toda España, o por la simple batalla que tiene que dar para que nadie ni nada la despoje de su vida. Juana habla también toca la complejidad de la relación que sostuvo la desafortunada monarca española con su madre, la célebre Isabel la Católica, la genocida de América. Una mujer que se iba a la Guerra cabalgando embarazada.

Sobre la mujer que interpreta a su personaje principal, la directora asegura estar muy agradecida con Indiana Christov, con toda su entrega y vulnerabilidad, abordando temas que realmente le pegaban en ese momento, pues recién había dado a luz a su hija, cuestión que empezó a significarse en un motivo de angustia cuando se empezó a abordar el hecho de que a Juana I la encierran primero con su hija Catalina y al final se queda sola y muere sola

“Indiana no podía encontrar ese sentimiento de luto y amor con Felipe el Hermoso. La razón de esa obsesión casi necrofílica que Juana tenía con él. Entre las dos la buscamos, la indagamos. Los procesos de dirección tienen que ver mucho con buscarse, con vincularse, con conocerse y a partir de ahí, crear algo nuevo. Ayudó también que Indiana ya tenía un montón de tiempos en la construcción de este personaje. Ya lo había pensado e imaginado muchas veces, prácticamente creció con él”, relata Alejandra Sic.

Cuenta que para interpretar al personaje, le sugirió a Indiana que pensara en la soledad que existe en lo profundo del mar , en la oscuridad. En como se puede sentir una mujer que ha sido despojada de su nombre, de su historia y de su familia. “Me gusta pensar en Juana I como una presa política. Una mujer muy avanzada para su época”, define la entrevistada.

Declara que todas las palabras que acompañan al cortometraje son autoría de Alicia Christov y que su principal aporte como realizadora es la idea central, es que todo se concentrara en el rostro de Juana, que la suya que fuera como una pintura que nos habla y nos cuenta. “El montaje se vuelve un cuadro de una mujer que nos detalla como va su vida desde el encierro”, aporta finalmente Sic sobre Juana Habla.

El otro cortometraje de La odisea de Juana que cuenta con la colaboración de Sic (esta vez como actriz) es Google Mansion, en el que también actúan Indiana (fotógrafa a la que Alejandra califica como artista multidisciplinaria de quehacer artístico complejo) y Chucho Caza, fotógrafo y performancero oaxaqueño, y que va sobre los brazos masturbadores de la realidad virtual, encarnada en una Juana I y un Felipe el Hermoso contemporáneos, en el que segundo se comporta más que nunca como un narcisista enfermo de sí mismo y sus propios deseos

Ahí Alejandra interpreta a Alexa, androide que lo mismo te hace un trío sexual que puede servirte como una mesa para aspirar cocaína. Una Robotina con una fuerte carga erótica en una historia que va sobre conflictos amorosos, celos, esclavitud y la ambigua seducción de las máquinas.

“Mi personaje hace todo lo que Felipe y Juana le piden, no sabemos si tiene conciencia, o si está programada, o si está atendiendo a sus propios deseos como máquina. Es un comentario crítico hacia la frivolidad total y para mí fue una experiencia increíblemente divertida”, concluye Alejandra Sic.

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