César Rito Salinas
El que mueve los hombros mientras anda la senda. El que camina solo frente la cuesta y mueve los hombros. El que mueve los hombros en el camino como si moviera la panza, el ombligo. El esforzado que sube la cima para plantar su bandera mueve los hombres mientras asciende como si se renegara de su condición de esforzado mientras es atacado por mil presagios como pulgas diminutas bailadoras que muerden su espalda
Akiea Kurosawa (1910-10998) ocupa los estados de ánimo de sus personajes para crear movimiento y ganar la aprobación de los espectadores.
Quien rezonga tiene la voluntad del que lo mira.
Al poner a girar multitudes en torno al hombre o la mujer que enfrenta soledad profunda en medio de una naturaleza feroz, adversa, obtiene aprobación. Nunca oculta su fervor por la renuncia, abandonar el campo o la ciudad por ideales superiores. Las artes del cine fueron desarrolladas para atender el sentimiento de soledad de las multitudes de origen campesino que migraron del campo a la ciudad, los obreros.
Kurosawa pone en escena una multitud en movimiento que conmueve el alma de quien la mira porque el espectador al interactuar en lo oscuro con las imágenes descubre que lo narrado trata de su propia historia; y, cada realizador busca hermanar con su trabajo a los hombres.
Kurosawa comparte soledades entre desplazamiento y multitud; así logra el fervor de quien lo mira. Podrías hacer un ejercicio cinematográfico para comprobar esta opinión. Sube la cuesta mientras tu amada hace el registro al pie del monte.
Ella, la amada, tendrá en primer plano tu espalda bajo el movimiento de las aves marinas, el azul del cielo y las nubes que hacen mil figuras al ser batidas por el viento mientras en el sendero tú agitas los hombros como única expresión en medio del esfuerzo.
El cuadro de la multitud en movimiento levanta simpatías. El movimiento es infalible para impactar el espíritu. Hay un cielo y una tierra que te esperan, el recorrido de un punto a otro punto en medio de adversidades, el traslado.
Ella recompensará tu esfuerzo, tendrá un sentimiento de amor legítimo hacia tu persona, al esfuerzo que haces en medio de la incomodidad de la cuesta.
Para los ojos de ella te encuentras solo en el mundo que asciendes, lo adverso; querrá ser tu compañera, apoyarte en esa empresa, estar a tu lado; y te amará para toda su vida por darle la oportunidad de observar en primera fila una historia de esfuerzo y resistencia que es como la suya.
Los amores son el encuentro de la expresión de una clase social. El recorrido de un punto a otro punto entre adversidades genera el amor porque ocupa el espacio vacío en la persona. La multitud y el movimiento, contemplar la lucha del hombre contra lo adverso otorga la confianza que toda mujer demanda para entregar sus sentimientos amorosos a un desconocido.
La imagen de la naturaleza feroz y las multitudes en movimiento logran que los estados de angustia y liberación ocupen el mismo espacio en el pecho del espectador, y lo reconforten. Kurosawa sabía que manejar los sentimientos de quien te mira es llenar el espacio vacío. Resistencia y liberación son la fórmula política repetida para impactar el alma de las masas en favor de las dirigencias.
Pasa un ejército, suben banderas que se agitan al viento, pasan caballos con sus jinetes,
pasan las armas con sus escudos, pasan birretes y cabezas rapadas, pasan hombres con transpiraciones que perlan su frente, las gallardas espaldas, pasan las olas del mar
que arrojan al hombre a una playa sola