César Rito Salinas
El héroe lleva la narración, porque en el principio de los tiempos literarias -que se remontan a la antigua Grecia, a Homero-, el héroe es el personaje que interpreta el destino y con en esa causa tiene acciones donde se enfrenta a vicisitudes, desgracias, tragedias, hasta salir victorioso.
Los griegos tuvieron acierto en interpretar el mecanismo que guía al cerebro humano.
Continúo con el tema.
Este planteamiento de composición tiene como base la expresión de Aristóteles en el terreno de las artes, la mímesis, la expresión que imita los hechos reales.
Los hechos reales.
San Martín por la secundaria, lunes por la mañana.
Contrario a lo que recomiendan los maestros de las letras despierto y busco los noticieros de la radio. Formo el clima necesario -a mi entender- para levantar la ficción literaria.
Ricardo Piglia establece en Los Diarios de Emilio Renzi que se escribe contra algo; por su parte, Vargas Llosa menciona que se levanta la ficción porque quien la elabora se encuentra inconforme con el presente y al narrar la ficción busca cambiar la realidad.
Despierto temprano.
En lugar de ponerme activo con rutinas de ejercicios de cardio, sigo el relato que tejen los noticieros.
Encuentro que nada habrá mejor para reconciliarme con mi pensamiento que elaborar esa suerte de la clarividencia, apuesta a partir de indicios; escucho atento la reacción de los protagonistas de la vida nacional.
El que escribe caza, se deja guiar por su oído.
Practico desde muy de mañana el deporte insano de seguir el hilo narrativo de la política, mostrada en la agenda informativa de los noticieros de radio.
Me reconozco “municipal”, provinciano, adoro elaborar pensamientos a partir de lo que escucho, imagino.
Para eso ocupo la radio, para formar la atmósfera ideal que me permita escribir.
Hasta el momento, pasada ya tanta corriente de la crítica bajo los puentes, se escribe al sumar una palabra tras otra. Por su naturaleza animal, leemos al juntar dos palabras. No se conoce que a persona alguna que lea por páginas completas in libro, nuestro cerebro no tiene esa capacidad.
Leo el párrafo anterior y encuentro que me desdigo, escucho declaraciones de Noroña donde lanza un reto a Xóchitl Gálvez, la candidata opositora a la presidencia de la república; Noroña advierte, “este libro lo inicié esta mañana”. Y en ese reto encuentro la falla de la 4T, sus hechos en campaña los ubica, se consideran únicos, divinizados que logran realizar proezas que nadie iguala.
Habrá que decir al señor Noroña que la lectura rápida resultó un fracaso; leer es un placer, no imagino a nadie, por ejemplo, que tenga sexo o que coma un plato en un instante.
Pero, bueno, Noroña sirve en esta columna para profundizar el tema, la construcción del héroe.
Lunes por la mañana.
Hasta la cocina llega el ruido de la bomba de un camión cisterna.
La ciudad arde de calores, el gobierno le echa la culpa a “los inventos”, “las mentiras” de la oposición ante la crisis del agua.
Continúo con la formación del relato del héroe.
Los maestros de la escritura dicen, “se narra por parejas”.
Recuerdo a Watson, en las novelas de Sherlock Holmes, a Sancho Panza, en el Quijote; la narración del amor viene por parejas, Romeo y Julieta, de Shakespeare.
Y el gobierno, también lo sabe.
Daré un ejemplo.
Los noticieros de radio inician la barra informativa con el asesinato de un estudiante de la normal de Ayotzinapa, en manos de la policía de Guerrero.
Aparece la madre, en su voz clama, pide, exige la pena de muerte para los tres policías que dispararon -sin razón- contra los estudiantes.
¿Y qué hace el presidente Obrador?
La gobernadora de Guerrero es la hija de su amigo, son miembros de la llamada 4T.
¿Qué hace?
Ante nte los hechos de la desgracia que nos agobia, el gobierno considera su posición frente a la nación a la manera del viejo Homero, levanta el relato del héroe.
Y este lunes el presidente salió a su conferencia mañanera a declarar que fue un crimen de la policía, que se investigó por instancias federales de la justicia y que concluyeron que fue un crimen de la policía.
Y con estas palabras cumple el principio de construcción de la narración, donde se anticipa que el héroe tiene como principio “agradar” al público.
Me detengo por un rato, siento agobio; salgo al patio a tomar aire, frente a las plantas me ordeno, recupero la calma.
Y represo a escribir ficciones.