César Rito Salinas
al
final
de su vida
Onetti
solo escribía
fragmentos
hojitas
recaditos
para mí que la literatura
se da en el momento
en que se pierde
la esperanza
tengo en la cabeza
la imagen del maestro
que no se paró
de la cama
cierta renuncia
a disponer el cuerpo
a la traslación
esa renuncia
a estar en este mundo
a ser gente de letras
para convertirse
en mano
que busca
la
imagen
el relato
con dos o tres palabras
la suma de potencias
el choque directo
de dos
palabras
sin necesidad de dientes
manos
ojos
labios
pulmones
pecho que canta
boca que dice
ojos
que arman
recuerdos
onetti
en la cama
sin cabeza
sin recuerdos
sin piernas
sin fama
sin cuerpo
metido en la distancia
insalvable
que existe entre
dos
palabras dos
el silencio
de vuelta al viaje
del aire
sin escritura
sin pluma
sin libreta
con la hoja
el papel
garabato
escrito
con las uñas
como lamúltima caricia
sobre este mundo
lenguaje escrito
que niega los artefactos
el desarrollo tecnológico
la escritura
las herramientas
puro obstante
vacío
desesperación
la mejor
escritura
la más alta íntima
literatura
es aquella
que revierte
el instante primero el impulso de decir
en la cabeza
del hombre
que muere
sin cátedra
sin cofradía
sin gente que meta
el nombre del moribundo
que escribe
en el aire
con su sangre
su pecho
su corazón
que lo lleve a vivir
más allá
el cachito de vida
que le tocó vivir
en esta tierra
solo
sin dientes
sin ojos
sobre sábanas
percudidas
de transpiración
del hombre que renuncia
a caminar
por la calle
a sentirse
parte de un clan
de un grupo de personas
que hace la vida
en torno a un estilo
una letra
un nombre
onetti