Por Rodrigo Islas Brito
“Hoy en Oaxaca hay proyectos que son mucho más comerciales. Hacer ruta de leyendas, experiencias inmersivas, o las obras que vienen de Puebla directo a los teatros grandes. En la Locomotora le seguimos apostando a que la gente se sienta en casa”, declara el actor, promotor y empresario cultural Rodrigo Hernández, a propósito del cambio de estación que el mencionado espacio escénico que preside, ha conocido en las últimas semanas.
Antes, el creador y gestor observa que en una Oaxaca petrificada y gentrificada, donde la disparidad entre lo que puede pagar un turista o residente extranjero a lo que puede pagar un local, se torna cada vez más brutal, el panorama se antoja complejo. «Insisto, ahora todo se puede volver en algo mucho más comercial, pero ¿dónde está el espíritu en eso? ¿Qué es lo que se quiere lograr como objetivo?». Se cuestiona el entrevistado.
“En el sentido de hacer dinero, todo el mundo sabe que con un espacio cultural independiente no lo vas a hacer, eso nos ayuda a quitarnos un peso de encima. De no ponernos a pensar en aumentar el precio del boleto a 250 pesos o montar las obras en inglés”, declara Hernández.
Puntualiza que hoy, ante el acoso económico y social de la desatada turistificación oaxaqueña que cierra lugares con arraigo cultural entre la gente que no ha podido sufragar la cada vez más desigual competencia, resulta “fundamental el mantener que haya vida cultural para la escena artística en Oaxaca». «Si con toda esta gentrificación se acabaran los espacios para la gente local, entonces sí que vamos a estar en problemas», afirma el actor.
Rodrigo Hernández habla entonces del cambio de estación, informa que se ha entregado el local de La Locomotora Foro Escénico ubicado en la calle Norte 1 en la colonia Victor Bravo Ahuja de Santa Lucía del Camino. Lugar donde se recibió durante nueve años a teatro, música y danza de todo el país. Si es difícil montarlo y mantenerlo, desmontarlo es una chambota”, expresa el entrevistado.
Confiesa que los tiempos le ganaron a la hora de empezar a hacer los cambios, y que eso, sumado a su semanal intervención como actor en la obra “El insólito caso del señor Morton”, en el Foro Shakespeare de la Ciudad de México, le impidió tener el tiempo para congregar los deseos de toda esa gente que expresó su deseo de hacer un último ritual en las antiguas instalaciones de la La Locomotora que tantas historias atestiguaron y contaron.
Afortunadamente para la causa teatral oaxaqueña , la Locomotora ha tenido un lugar a donde llegar. Estación Morelos, la cual está ubicada en la homónima calle del Centro Histórico de Oaxaca, va ya para los dos años de existencia con eventos y actividades. ”El público asiste bastante con los bailes sociales de salsa, con eventos de fin de cursos de las escuelas». Siempre ha sido un lugar para gente local, nunca le hemos apostado a hacer un proyecto para que exlusivamente asistan los turistas», argumenta el gestor teatral.
Informa que la Estación Morelos y La Locomotora Foro Escénico van a coincidir en el mismo lugar y los dos seguirán abiertos. Agrega que “Estación Morelos llevará una programación de conciertos, eventos sociales , presentaciones de libro y actividades de cine , y La Locomotora se especializará en el teatro, danza o performance. No va a ser completamente uno ni completamente el otro”.
Hernández comparte que es muy orgánica la autogestión cultural, pues el mismo público es el que va pidiendo desde donde nombrar las cosas, desde donde habitar el espacio. Regresa a su reflexión sobre los costos de hacer lo que hoy se está haciendo: “Hasta donde es sabio aumentar los costos, que la gente sienta que aún puede pagarlo y que nosotros no sintamos que estamos regalando el trabajo». Es un tema muy complejo, pero al que siempre nos hemos tratado de adaptar».
Respecto a la cartelera con la que La Locomotora llega a su nueva estación, esta empieza este sábado 17 y domingo 18 de agosto con “Lo único que necesita una gran actriz es una gran obra y las ganas de triunfar», mexicanísima y desafiante adaptación de “Las Criadas” de Jean Genet , a la cual la crítica identifica como una obra poseedora de un espíritu sordido y lírico.
En agosto también se dará cita el viernes 30 , «VOCEM», danza y performance del colectivo Atl Tletl en búsqueda de una identidad escénica proveniente del Estado de México. El sábado 31, «Luchadoras», monologo de la mexicana residente en Madrid, Carla Novi, y el domingo primero de septiembre, «Sueños rosas», teatro participativo llevado a escena también por el colectivo Atl Tletl.