César Rito Salinas
La ciudad se presta para levantar historias, en el verano eleva la energía necesaria para animar el viaje que se realiza en cientos de kilómetros, desde muy lejos, la frontera norte, de Tampico, Tamaulipas, y logra que logra por obra y gracia de una combinación de aromas que los viajantes amanezcan en la habitación que abre sus ventanas a un pueblecito apacible, en la calle con muros repletos de imágenes puestas frente a los ojos como otra escritura, aquella con la que uno sonríe y se descubre sin prisas, en la otra cara del mundo.
– ¿El viaje, la traslación revela el poema?
– Si bien la realidad es una incesante narrativa hasta desfallecer, adquirimos las características de los cazadores, cazadores de imágenes, cazadores de sonidos, cazadores de aromas y con la sensorialidad bien entrenada capturamos un puñado símbolos, que por sí solos no pueden tener la mayor importancia, pero al convertirlos en frases, una tras otra, al terminar podemos descubrir que tal vez tengamos un poema.
La entrevista es con Rodrigo Brondo, poeta de Tampico, Tamaulipas, coordinador del Taller de Poesía Sarita.
– Decía Carlos Montemayor que el poema es de naturaleza urbana, de tu más reciente estancia en Oaxaca ¿qué imágenes conservas?
– Vi corazones de lámina y diablos esculpiendo aire, vi brillar botellas de mezcal y cigarrillos de clavo, vi grabados en las paredes pintados con barro negro, vi gritos en las paredes y el amor en forma de paredes, sentí el olor de la flor del téjate y como una Chicatana cruzaba la calle con el semáforo en rojo, vi el sexo oral, vi el sexo en forma de puertas abiertas a mediodía, vi una pareja dibujando príncipes y corazones, vi una señora desvistiendo un tamal, vi la hoja de maíz, mi sus manos, vi manos en forma de brazas trenzando, vi dedos en forma de carbón al rojo vivo grabando, vi manos repletas de escarabajos tallando, vi manos repleta de atardeceres moliendo, vi manos repletas de constelaciones aullar al caer el sol.
– De tu estancia en la ciudad, ¿se podría decir que el poema mexicano se arma en el viaje Norte-Sur?
– Si es mexicano el poema, nace en donde le da la gana.
– ¿Nos podrías compartir una imagen de tus lecturas en Oaxaca?
Tuvo muy buena recepción el fanzine, estoy mi complacido por el recibimiento, me siento bendecido por su hospitalidad.
– ¿Qué tiene Oaxaca que quien la visita se acerca de forma inevitable a la expresión escrita?
– No lo sé, tal vez se deba a la claridad de la poética que mantiene las calles minadas, tal vez se deba a la claridad de los contrastes, a la policromía que emanan de sus personas, hay muchas Oaxacas dentro de Oaxaca, su voz es como la lluvia y los relámpagos, nadie puede evadir la lluvia, ni dejar de sentir temor y belleza al admirar el relámpago.