César Rito Salinas
Anton Dvorák (1841-1904). Muerto en Praga, hijo de un mesonero, desde niño mostró disposición para la música, tocaba la viola, su música interesó a Brahms. Escribió Sinfonía del nuevo mundo (1893). Le criticaban que en su trabajo apareciera “una contaminación entre los elementos nacionales y la música alemana”. Lo importante de las biografías es que se demuestra que el tiempo, personaje secundario, se incluye como personaje principal en la vida que no le incumbe.
Lluvia de junio
carcajada del patio
primera cosecha
Avanza la noche sobre el aguacero, el agua entra por el cristal de la ventana.
El marco de madera se reblandece, deja entrar frío y agua. Salgo al balcón y aparecen los personajes, dos, vienen en parejas, como todas las figuras literarias, los sonidos: Corazón Labios de Tequila, mujer exuberante y noble, cabello perfumado, abundante, lleva vestido rojo con bolitas blancas, pareciera que recién salió de una película o de una sala de cine.
La sigue Soledad Labios de Tequila, joven triste que carga un colibrí muerto en sus manos. ¿Cómo hacer que este par de personajes levante el vuelo sobre la oscuridad y la lluvia? Carecen de la porosidad del marco de madera, por la que se cuela el aguacero.
Son más bien piso de traspatio donde caen las gotas gordas de lluvia, que se parte en gotas diminutas, casi brisa, que entra a la cocina hasta formar una laguna entre el fregadero y el mueble de los trastes.
El par de impertinentes vienen ebrios, sobra decirlo. ¿Así nacen disparejos los personajes de un relato? Podría decir más sobre ellos. Una loca y un mudo, ¿qué los une? Odian a la policía, salieron de un campo que no producía maíz, se asumieron habitantes de una colonia de la capital.
Andan a su aire, esto quiere decir que traen la música de su pueblo, la región del Istmo de Tehuantepec que combinan con la música de otros países. En ´primavera se les puede ver en el teatro Macedonio Alcalá, en la temporada de conciertos de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad. Odian a la policía. Gustan de la música de cámara pero no desprecian la música electrónica. En algún salón de fiestas, Candela, se les observa llegar a bailar salsa, como una buena parte de los miembros de su generación.
Detestan al gobierno y la policía. Hacen la guerra por sus ideales. Intercambian parejas sexuales y creen que la vida se ajusta a un principio, la resurrección. Para esto trabajan en el amor de su persona hacia las cosas que hacen su mundo. Lloran con la muerte de los colibríes. Su signo es el amor, de ida y vuelta. Amor que viene del amor, que se engrandece de amor. El amor desde sus labios, para sus labios, entre sus labios.
Pronuncian amor a todas horas. Y lo trabajan, con su lengua, sus papilas gustativas. El amor pasa por sus labios al ser nombrado; cuando consumen sustancias, materiales que les dan la nutrición requerida para hacer la vida del amor.
¿Cómo supe sus nombres?
Una noche de aguacero se aparecieron en el balcón, como la humedad. Hicieron el velorio del colibrí tras la cortina.
Una tarde los encontré en el camino de Miahuatlán, rumbo a San José Pacífico, lugar de los hongos alucinógenos. Traían los zapatos en la mano, como esta tarde caía la lluvia, detuve mi marcha para saludarlos
- Subimos por la cuesta –dijo Corazón-, queremos aparecer como personajes principales en una novela de un autor local.
- Sólo caminamos en espera de que un autor levante nuestra historia –agregó Soledad, que no dejaba de mover las manos como si pulsara canicas o el aire cargado de mariposas.
Por mi trabajo me dedico a recorrer la pesada orografía oaxaqueña, elaboro cartografías del aire, en los viajes me hago acompañar de grabaciones de distinta música, para tolerar abismos y precipicios, curvas sin peralte como el espinazo del Diablo. Ahí los encuentro con frecuencia. Un día apareció la pareja (las parejas tienen magia, aparecen donde menos se les espera), llevaban ramos de flores amarillas en el pecho, era agosto, tiempo del cempasúchil. Vestían con mantas blancas. - ¿Qué cuentan? –pregunté.
- Nada –respondió Corazón apretando el ramo de flores a su pecho-, buscamos un ángel para entregarle estas flores.