César Rito Salinas
Estoy harto de las competencias, la gente compite por nada, por banderas, inquisiciones, reclamos y pancartas.
La gente anda con el cráneo roto en el baño de las gasolineras.
En la imagen reflejada se puede observar salpicaduras por todas partes, han de ser los veintiún gramos de tu alma, restos de comida permanecen adheridos al espejo.
Competencias, caminos, amores. Policías y protestas. ¿Para qué buscarse problemas? Una puta/200 el rato.
¿El rato o la noche?
Son cifras, el amor establece ecuaciones.
Proporciones numéricas. Arqueos. Debe/Haber. ¿Cuánto entra? ¿Cuánto sale? Balance. La noche la quiero para la perra que ladra en el patio.
Competencias, cráneos. Agujeros.
Pasar la noche entera con otro cuerpo no me resulta interesante. Cráneos perforados. Caminos, comercios. Ojos, transpiraciones. Oscuridad.
Puedo renunciar al baño en la gasolinera.
Parece imposible.
No se podría recorrer el camino con el topo en la puerta.
Caminos/prestigios/urinarios de cantina.
¿Cuánto por la cubeta de cervezas? Cifras las cifras. Cerdos/caminos/alumbrado público. Policías en asalto a plena luz. ¿Cuánto por las nalgas? Una mamada en el callejón alumbra lo oscuro como relámpago del verano.
¿Cuánto por las nalgas?
Luciérnagas como relámpagos como el verano cuando atardece.
Con más potencial/la luz mercurial.
La libélula que pasa como un navío en medio del mar. Verde la iglesia verde. Verde. Bonita buena nalga.
¿Cuánto por las nalgas?
Luz mercurial, libélula. ¿Y tu prima? Buenas noches, oficial. Caballito del Diablo. Competencias como preguntas como flores tras la puerta mientras se pudre la mañana sobre platos sucios.
Espacios vacíos donde sobrevuela mi alma.
Mierda, feliz cumpleaños compa.