César Rito Salinas
Quitapenas
La historia la contó el poeta Álvaro Ruiz, en su face. Esta es la historia del poeta chileno Pedro Antonio González, quien casó con una joven alumna a quien dejaba encerrada en la miserable buhardilla de chupa tinta mientras recorría las calles de la parranda. Pero esa no es la historia total, la verdadera historia en la vida y la obra de los poetas. Un día la joven alumna abandonó al poeta para unirse a un circo pobre que recorría el país de las cordilleras y los bosques. Que si habrá gente loca, digo. Desde siempre, desde el siglo pasado, secundo.
Horóscopo
Leo mi horóscopo en la página de sociales de un periódico viejo que encuentro bajo mi cama. “mantén la objetividad”. Levanto la mirada, golpea la lluvia el cristal de mi ventana. Con el periódico viejo, amarillento, en las manos, entrecierro los ojos. Hasta mi cama llega con claridad el sonido de la lluvia que cae sin prisa sobre mi ventana. No logro identificar si anochece o amanece. Afuera no hay más que el sonido de la lluvia sobre el mundo. La lluvia no dice nada, si es lunes o domingo. No me interesa establecer conversación con el agua necia. Estirar la mano para encender la luz me resulta imposible. Dormito. “mantente alerta, vienen cambios importantes en tu vida”. Si. Dormito.
Periódico viejo
Para romper con el pasado sólo leo el periódico de ayer. Mi persona tardó en acostumbrarse a esta nueva lectura cotidiana. En un principio extrañé las noticias de desalojos y descalabras, bloqueos vales, aguaceros repentinos y suicidios recién cometidos. El periódico es letra efímera, se detiene en lo cruento y truculento. Es una creación de isleños que buscan matar el tiempo frente al océano que nada les dice para acompañar sus solitarias vidas alejados del macizo continental. Habitantes que sólo cuentan con el mar y su presencia de ola insondable para narrar sus días. Por eso se hicieron al uso de referir hechos y acontecidos en crímenes y pasiones humanas, del poder y la política, siempre tan ilustrativos para las nuevas generaciones, para fijar sus horas. Los políticos de ahora tienen como fuente inagotable de su inspiración el efeméride y la lectura del periódico antes de tomarse el desayuna. Así inspirados salen de su casa a recomendar recetas infalibles a sus conciudadanos. Para ofrecer esperanzas a sus gobernados se recargan en el pasado, ese sitio donde ya nadie puede meter la mano para hacer cambiar las cosas. Por eso van a la historia patria, y nos obligan a ir con ellos. Y los comerciantes, por su parte, invocan el olvido de lo cotidiano para llenarnos la cabeza con ofertas de venta nocturna. Y ofertan trajes de baño en invierno y abrigos en veranos para incrementar sus ganancias.
