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martes, agosto 27, 2024

Maula, el uso de las palabras antiguas

Reportajes


César Rito Salinas
Aligero las pulsaciones cardiacas antes de llegar al laboratorio de análisis clínicos, como quien va muerto de ansiedad al encuentro con un viejo amor y sabe que debe mantener la calma.
Ahí me espera una mujer, siempre hay una mujer para probar mi sangre.
Adoro la belleza iluminada de las mujeres que visten de blanco.
Tienen su sonrisa de pervertidas mientras se dejan ver por el paciente y conversan en estricto diminutivo. Pacientito. Pareciera que recién salieron de lavar su cuerpo, descolgar la ropa que visten, lustrar los zapatos en una mañana de sol.
Peinar sus cabellos.
La luz que despide su herramienta de trabajo ilumina el albo nacimiento de los pechos en la mañana de puntual frío y ayuno. En el tubo de ensayo contemplan el fluir de la sangre que brota desde el miedo. Las mujeres con el pelo recogido inhalan profundamente el olor mineral del rojo, ocultan su placer tras dientes blancos.
Sonríen mientras fluye la sangre, la saliva humedece los labios y le otorga a la punta de lengua un misterio.
Mujer vampiro.
Mujer murciélago.
Mujer enamorada de mi mala vida, mi turbia sangre.
Extracción sin dolor.
La mujer vampiro se mueve grácil en su bata blanca como adolescente en el antro que ronronea y se estruja al amado en su noche de gata blanca en el tejado, maula.

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