Nallely Guadalupe Tello Méndez
El 10 y 11 de octubre del presente año, se llevó a cabo el “Primer foro educativo hacia el reconocimiento pleno de las Secundarias Comunitarias Indígenas de Oaxaca” con la participación de autoridades municipales, educadores, estudiantes, padres y madres de familia, y organizaciones aliadas de este proyecto como Consorcio Oaxaca, Calpulli, SERMixe, Educa Oaxaca, Surco y Campo AC, que durante el panel y las distintas mesas de trabajo que se llevaron a cabo, exigieron que esta propuesta, que surgió como parte del movimiento pedagógico estatal en 1995, que se concretó en 2004, y que actualmente tiene presencia en 12 comunidades de cinco regiones del estado, sea reconocida pues “representa un deseo, inquietud y derecho de las comunidades a tener una educación en sus propios referentes y saberes” afirmó Beatriz González Pedro, Coordinadora Estatal de las Secundarias Comunitarias en Oaxaca.
La exigencia de reconocimiento pleno de esta propuesta hace referencia a que si bien existe uno de tipo administrativo que permite la certificación de quienes egresan para que puedan continuar con sus estudios a nivel medio superior también es prioritario que se considere el fortalecimiento en los ámbitos pedagógico y comunitario pues así las y los jóvenes no tendrán que irse de sus comunidades en búsqueda de escuelas, las y los profesores tendrán mejores condiciones de vida, la infraestructura y los materiales de investigación serán adecuados para desarrollar los proyectos educativos que se propongan, se fortalecerá a los sujetos y procesos colectivos y el aprendizaje autónomo y, principalmente, los saberes comunitarios serán transmitidos de manera intergeneracional para garantizar su permanencia, renovación y continuidad en la historia.
En 2019, la experiencia de las Secundarias Comunitarias Indígenas fue sustancial en la construcción de la iniciativa de ley que al aprobarse incorporó la educación comunitaria como una tercera vía de educación pública en México y, sin embargo, aún no logra su pleno reconocimiento debido a que, basado en la forma en la que se construyen saberes en las comunidades, el modelo que propone rompe con la idea de fragmentación del conocimiento y de la división temporal que se observa al pasar de un grado a otro en la escuela. Esta propuesta, en marcha desde hace 19 años, funciona a través de proyectos educativos alrededor de los cuales las y los profesores desarrollan metodologías específicas que promuevan el avance de dichos proyectos que se desarrollan durante los tres años -sin diferenciar entre 1ero, 2do y 3ero- que están las y los estudiantes en este nivel educativo.
Aunado a ello, el Estado establece un mínimo de matrícula por grupo para garantizar la presencia de, por lo menos, tres profesores por escuela. En las comunidades en las que este número de alumnos no se logra, proyectos como el de las Secundarias Comunitarias Indígenas son los que garantizan el derecho a la educación que el Estado violenta con esos criterios, señala González Pedro.
Durante el foro, el maestro Javier Sánchez Pereyra, uno de los creadores de este modelo educativo, destacó los pilares del mismo: 1) Reconocer el conocimiento, la experiencia y la comunicación comunitaria, 2) Reconocer la dimensión humana de las y los estudiantes, 3) Impulsar el desarrollo humano y articular estos elementos alrededor del “Proyecto educativo” que construyen y evalúan las y los jóvenes junto con la asamblea comunitaria para que, a través de estos trabajos se rescaten, fomenten y fortalezcan los saberes locales y tengan un impacto en la vida de sus pueblos.
El que las instituciones educativas correspondientes a nivel estatal y federal no reconozcan plenamente estas secundarias ha tenido como consecuencia la falta de recursos económicos para el fortalecimiento de este modelo educativo, la precarización salarial de las y los docentes y, sobretodo, evidencia el menosprecio de estas instituciones al derecho de los pueblos y comunidades a una educación propia.
*Integrante de Consorcio Oaxaca.