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viernes, noviembre 22, 2024

Recomendaciones de Chagall para cruzar sin peligro la avenida Independencia

Reportajes

César Rito Salinas
1
La mensajería de dinero
resulta buen sitio para sacar el poema.
Contemplar la dicha de otros
es el principio de toda escritura.
Uno puede ser empleado de la Western Union,
escribir cosas profundas
sobre el amor,
las ciudades
o el alma que transmigra en los callejones
entre gatos y ebrios.
Contar dinero ajeno sirve
para darle poder a las almas.

2
e lo que se trata al problematizar el poema es de sacar la poesía de los libros, ponerla a que atraviese parques y avenidas, plazas públicas, cárceles. ¿Con qué sentido? Mugen los artefactos parroquianos, las copas y los versos.

3
El miedo viaja por los aires, es instinto de conservación y muerte, el día. Salta la cuerda, mañana y tarde en los patios y los baños, los barrotes. El miedo está en cada latido de tu corazón. De una celda a otra celda el miedo, vecino sanguinario. El miedo viaja por los aires, es rápido anhelo de la existencia. ¿Vale la pena conservar la vida por este miedo? Entre rejas el hombre sueña con la llave que lo libera. En la calle lo llaman las rejas, los patios oscuros. Para su corazón, para su olvido, para su pena. Anda corre, escapa de tu sombra donde habita el tibio miedo. Electricidad que viaja en los hombros y la espalda, la nuca, el miedo. Las patillas afiladas dicen del miedo. Las manos y las piernas hablan del miedo, los bíceps. El pecho del hombre grita de miedo. Las uñas largas, las uñas cortas. El color de la camisa y los pantalones gritan de miedo. Los anteojos de marca, las vértebras. El miedo escurre al pie de los montes erosionados, sube por las piernas, las sombras y los reflejos.

4
Una anciana camina con la cesta repleta de mezcal. Claramente escucho el tintineo de las botellas. Llevo demasiadas ancianas pegadas al recuerdo. Soy el niño que juega en el patio y mira pasar a la anciana o espera el paso de la anciana. Perros y moscas siguen a la anciana. La canasta es la residencia del deseo. Sube y desciende, se aferra sobre el aire. Ella lo sabe y cubre el mandado con un paño. Las ancianas son pudorosas, por maldad. Soy el niño que juega a todas horas en el patio. Antes del canto del gallo, con el lucero claro, al mediodía en el patio que es ala de mosca, frágil y sucio. Soy el niño que juega a todas horas. La pelota se estrella en el piso, los rosales, la ventana. La vieja regresa de sus tantos asuntos y deja la canasta en la ventana. El mezcal tierno se aparece en el patio, vuela como abeja, juega a la pelota, corta una rosa, trepa el muro.

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