César Rito Salinas
En esta ocasión comparto relatos breves -en la forma del relato busco salvación. Estos son ejercicios ñengos, bien lo sé -pero soy padre de mis criaturas, a ninguna la miro con desprecio. Corre la noche, los relámpagos me animan a seguir una vez, otra, como en el pueblo cuando nos ganaba la noche en el camino, habrá que orientarse por los sentidos, hurgar el aire con la respiración, lograr el camino al puro oteo -ya imperfectos el olfato por el desuso.
La última y nos vamos
A veces solo hay que ponerse a parir, lograr lo imposible. En el relato breve las exigencias son puntuales, el material se mide por palabras. ¿Qué historia se cuenta con cincuenta palabras? ¿Qué estrategia del relato se desarrolla en cien mugrosas palabras? El que escribe es cojo, rengo. Una desgracia. Y está el gusanito de la forma, una vez y otra y otra más. Parece uno alcohólico consuetudinario frente al cantinero a la hora de cerrar la cantina, solo otra más. Te juro que esta sí que es la última. Y quien te quiere te mira y sonríe -bien sabe que eres especialista en incumplir tus promesas.
El comienzo
En Chicago yo soy Francisco Ruiz, originario del Perú; en la calle, cuando me llaman, me niego a volver la cabeza.
Amor eterno
Ella me juró amor eterno, dijo como prueba de su fervor:
Sólo te abandonaré por Robert De Niro. El domingo mientras caminaba a la tienda por el alimento de la perra recordé su juramento. Ya de regreso, en casa, escribí en el diario: “Ella se fue con Robert De Niro”. Estrategia El viejo detuvo al joven a media calle. ¿Vendes Biblias?, usa corbata –dijo.
Burke and Hare
Todo está hecho en parejas, la ciencia, el crimen, la escritura, las parejas inician con una contradicción que nace entre lo práctico y lo inspirado, el estar. La alianza forma una adaptación, el complemento. Uno pone el arte y el otro aporta el aspecto físico. Así el crimen, la economía, el gobierno. La religión. El pastor de la iglesia de la esquina de mi calle conserva el número de feligreses constantes y en aumento. Esto se puede apreciar en el servicio religioso de los domingos. Su mujer cuida la tienda de abarrotes que progresa a pasos agigantados. Inició como un local de productos varios en un galpón de lámina y tablas, para el tiempo de lluvias les entraba el agua; pasó a ser instalación de concreto y cristales, video cámaras de vigilancia. El pastor, en los ratos libres que le dejan los estudios bíblicos, se dedica a la reparación de instalaciones eléctricas. Siempre fueron dos: el que carga el muerto y el que piensa el crimen.
