El cartel lo decía: “Sr. Gobernador si habla de corrupción su sobrina está en la Dirección de Licencias y emplacamiento”. Junto muy junto a las letras negras estaba la imagen de un grupo de ratas, un comando de fieras hocico bigotudo. La puerta de acceso cerrada, suspendido el servicio por este día a causa del paro laboral en la SEMOVI, trabajadores que fueron mencionados por el gobernador Salomón Jara en clara y abierta alusión a la corrupción.
Tómala, Chato. Si, cuando la perra es brava o/zapatero a tus zapatos, deja de andar repicando las campanas en la procesión de Santa Claudia. No sé si era el calor, o las ganas de no dejarse joder o las dos razones juntas. Pero el tema es que los trabajadores abandonaron sus asientos y se instalaron en la banqueta, reclamaban su derecho a la disculpa pública por parte del titular del ejecutivo.
Lo dice el clásico, el horno no está para bollos. O, como dirían en mi pueblo, allá por barrio Santa María Reoloteca, en el mero-mero Tehuantepec, cuna de la inmortal Sandunga: fíjate por dónde caminas. La lengua es larga, la cabeza es necia. A seis meses de gobierno de la actual administración, los motivos para el bloqueo de calles y oficinas son varios, variados, suman infinidad, pero nunca se había dado el caso de que fueran las palabras del propio gobernador las que desataran la ira de los empleados.
Secretaría de Vialidad bloqueada, habrase visto, inmóvil.
La calle larga, el calor de los mil demonios, las puertas cerradas, tapizadas de carteles muros, la tan socorrida cartulina en colores vivos, encendidos. Los trabajadores solicitaban la disculpa pública por parte del mandatario. Que, en un momento de ira o distracción, de normalizar lo anormal, de hablar porque tiene lengua acusó a la base trabajadora de SEMOVI de corrupción.
El gobierno detenta el monopolio de la ficción, eso está claro, en sus manos guardan honras y desprestigios; basta con que ordene filtrar a los medios una información para que se haga realidad. Lo que es más, el gobierno tiene su propio medio, a nivel federal se le conoce como La Mañanera, se emite desde Palacio Nacional, en Oaxaca tiene su copia, chafa como toda segunda versión, la conferencia de prensa de los lunes donde el gobernador Jara sale a decir su versión de una realidad torcida.
Eco y compañía de su corte estelar circense, los secretarios del gabinete.
Y todos ellos mienten sin recato. Como los políticos de distinta, diversa filiación hasta el día de hoy en que un grupo de valientes trabajadores pidió su derecho a la disculpa pública. Paró labores y en medio de un día de encendidos calores colgó cartulinas, le dieron duro. Sí, Chato, bien por el grupo de valientes.