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viernes, noviembre 22, 2024

El MACO bajo el control del gobierno de Salomón Jara

Reportajes

Oaxaca carece de una política pública sobre cultura que regule, coordine, haga eficientes planes y programas que atiendan el derecho constitucional del pueblo a la cultura, en los 570 municipios que conforman el territorio estatal -donde se esparcen más de 10 mil localidades. El estado no puede atender la demanda en ramos como educación, salud, comunicaciones, no cuenta con el presupuesto (el estado recibe en un 98% de su ejercicio anual vía participaciones federales) por eso en un tiempo se pensó en la colaboración de los particulares, para que ellos fueran los encargados de diseñar la política cultural.

En los años 80 llegó Francisco Toledo, luego de una estancia en Europa, París, se sumó con un grupo de pintores y escritores para imaginar otra realidad en el sector cultura para el pueblo de Oaxaca.

Fue bajo la iniciativa de particulares como nació el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago), el Centro Fotográfico Álvarez Bravo, el Iago-Juárez, el CaSa. 

Así nacieron también, por iniciativa y gestión, aportaciones de particulares, certámenes que dan lujo y renombre a la entidad como los premios CaSa, para lenguas indígenas que, ante la ausencia de Toledo, apoya el pintor Sergio Hernández.

Hablemos claro, bajo este modelo de las concesiones nació hace 30 años el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), donde se llegaron a impartir cursos de sello y grabado, talleres donde el mismo Francisco Toledo, Luis Zárate, Leyva y muchos otros pintores aportaron su granito de arena para que niñas y niños recibieran sus primeras nociones  de las actividades de las artes.

Y ese trabajo del MACO rindió frutos, contamos con talentos de la pintura, que tienen 40 años de edad y ya son gloria del estado, del país; y todavía más, en el terreno educativo fue aquella iniciativa de los talleres que encabezaron los artistas la que salvó la educación niñas y niños, luego de que los maestros afiliados a la Sección XXII iniciaran sus jornadas de lucha por mejores condiciones laborales. 

Hoy, de aquellas jornadas, cientos de jóvenes terminaron sus estudios profesionales en distintas y variadas disciplinas, como arquitectura, contabilidad, biología marina o las ciencias de la comunicación o cocina. Fue gracias al compromiso de los pintores quienes, erigidos en patronos de la cultura, se hicieron responsables de institutos y museos y abrieron la puerta de esos espacios de forma gratuita, para que los hijos del pueblo recibieran educación artística que los llevara al estudio, los libros.

En el terreno de las lenguas indígenas, ante la ausencia de políticas efectivas por parte del gobierno del estado -y antes de que fura moda hablar de su defensa-, fueron los pintores quienes, con un alto compromiso, dieron su apoyo a los premios CaSa. Hoy es el mismo gobierno del estado, la administración que encabeza Salomón Jara y el juchiteco Víctor Cata al frente de la Seculta, quienes desconocen la labor de los pintores al frente del patronato que administra el MACO.

Una buena pregunta para los burócratas sería esta; ¿saben cuánto cuesta el pago de la energía eléctrica del Museo? ¿Conocen los presupuestos necesarios para diseñar presentaciones y exposiciones en un año? ¿Cuánto cuesta imprimir un catálogo? 

De este pleito nada bueno saldrá, y, como en tantas y tantas ocasiones el único perdedor será el pueblo, sus infancias.

El gobierno del estado tiene la obligación de dar cultura al pueblo, diseñar y administrar una política cultural a la medida de las necesidades del presente, no al antojo del mesías populista que gobierna este país.

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