Paraespecialistas, la migración que no se detiene revela el fracaso de gobiernos de todos los niveles para crear políticas públicas enfocadas a que los oaxaqueños no tengan que abandonar sus tierras para no padecer hambre; celebrar la llegada de remesas es festejar su propio fracaso, indican. Hay más de 2.2 millones de oaxaqueños fuera del territorio estatal
Miguel Ángel Maya Alonso
Oaxaca de Juárez.— Ya sea por la miseria, la violencia o por reunirse con sus familiares, todos los días se van de Oaxaca 92 personas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Entre 2015 y 2020 fueron 169 mil 519 los oaxaqueños que, por distintos motivos, abandonaron sus hogares.
Hablar de migración en Oaxaca supone, casi siempre, mencionar a los que migran a Estados Unidos, olvidando a los cientos de miles que viven en otros estados del país, principalmente en el noreste del territorio nacional.
Las causas por las que los oaxaqueños se van de Oaxaca son diversas, explica Silverio Ávila Martínez, director el Instituto de Atención Integral del Migrante Oaxaqueño (IAIMO) y una de las principales, asegura, es que buscan fuera estado una oportunidad para poder desarrollarse económicamente y aportar algo a su comunidad.
“Sabemos que Oaxaca es una entidad federativa que expulsa manos trabajadoras. Lo constatamos en los diferentes estados de la república en donde se tiene presencia de oaxaqueños, sobre todo en el noreste del país, empezamos con Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur y parte de Chihuahua”, señala el funcionario del gobierno oaxaqueño.
Los migrantes oaxaqueños se dedican a ser jornaleros agrícolas y tienen más de 40 años en estos estados, ya con un asentamiento de tres o cuatro generaciones de oaxaqueños que viven en estos lugares, en donde hay oportunidades de trabajo, principalmente en los campos agrícolas, maquiladoras y otros que se han desempeñado en contextos de rescatar su cultura y vender las artesanías, agrega.
“En realidad, las estadísticas que maneja el Inegi, en los últimos datos que tenemos, indican que hay una población de más de 200 mil oaxaqueños sobre todo en el noroeste del país, tan sólo contando con los estados de Sonora, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur. Son datos de manera general”, detalla Ávila Martínez.
A esos números hay que sumar a aquéllos que se encuentran más allá de las fronteras, pues acuerdo con datos del Inegi en Estados Unidos viven más de dos millones de oaxaqueños, lo que corresponde al 50% del total de la población en todo el estado.
“La migración de los oaxaqueños tiene que ver con cuestiones culturales, políticas, económicas, tienen que ver con jóvenes que buscan oportunidades de estudiar, que buscan una carrera en donde profesionalizarse”, detalla el director del IAIMO.
Pobreza y violencia, causas de la migración oaxaqueña
Para Virginia Guadalupe de la Cruz, profesora investigadora del Instituto de Investigaciones sociológicas de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), la migración en Oaxaca es multicausal: la miseria, la violencia, de tipo ambiental y el reunirse con sus familiares, son las principales razones que la motivan.
“Algo que dice el ciudadano es prefiero morir en el intento a morirme en esta condición de miseria, no de pobreza, de miseria. Entonces el objetivo de la migración es llevar bienestar a sus familias”, señala la investigadora.
Especializada en estas dinámicas sociales, la investigadora critica a los gobiernos, actuales y pasados, pues afirma que no han creado políticas públicas para frenar la migración y mucho menos enfocadas al migrante retornado, que muchas veces es absorbido por el crimen organizado, generando más violencia.
Según el Inegi, hay una población de más de 200 mil oaxaqueños sobre todo en el noroeste del país, en los estados de Sonora, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur, detalla Ávila Martínez.
Señala, por ejemplo, que los gobiernos se vanaglorian de las remesas como un logro, tachándolos de ignorantes por ello. “Creo que esos gobiernos que presumen las remesas tienen una ignorancia de lo que implica generarlas, porque si hay una remesa, quiere decir que el gobierno no le ha dado lo que este ciudadano quiere para poder vivir ahí”, sentencia.
De la Cruz dice que hoy, además, quienes deciden migrar lo hacen en un contexto en donde hay redes de trata y narcotráfico, una serie de actores que van colocando al migrante en una situación complicada donde el resultado es casi siempre la violación de sus derechos humanos.