En pleno domingo y con cientos de personas caminando por el Zócalo y la Alameda de León, incluidos niñas y niños, un grupo de normalistas prendió fuego a las puertas y ventanas del palacio de gobierno del estado, para exigir la liberación de uno de sus compañeros quien dijeron se encontraba detenido por la policía municipal del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez.
A la par los estudiantes egresados de escuelas normales de Oaxaca quemaron llantas frente al Palacio, el mismo lugar donde hace 48 horas el titular del Poder Ejecutivo, Salomón Jara, emitió un informe con motivo de sus 100 días de gobierno.
La protesta escaló conforme pasaron los minutos y durante su protesta, éstos rompieron vidrios de los ventanales del palacio para después lanzar cohetones al interior.
La humareda provocada por tal acción alertó a cientos de habitantes que observaron las columnas desde todos los puntos cardinales de la zona metropolitana.
Mientras algunos peatones se alejaron del lugar al percatarse de los hechos, otros, principalmente turistas, decidieron grabar el momento con sus teléfonos celulares.
Luego de cometer estas acciones, el normalista detenido fue liberado y llegó caminando al Zócalo, en donde sus compañeros concluyeron instantáneamente sus protestas para después salir corriendo de la zona.
Cerca de las 19:15 horas una vez que la zona ya estaba despejada, habló ante los medios Edgar Gandarillas, funcionario de la Secretaría de Gobierno para informar sobre los hechos:
“No es una situación que tuvo que ver con los normalistas; fue un incidente aislado que los normalistas malinterpretaron. No hay ninguna intención por parte del gobierno estatal, de la Secretaría de Seguridad Pública para reprimir su movimiento. Fue un malentendido que mañana será aclarado”, dijo el funcionario.
Cabe hacer mención que la protesta de los normalistas se ha extendido durante prácticamente un mes y medio, después de que desde el pasado 30 de enero, un grupo de egresados instaló un plantón frente a la sede de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), sobre la calle de Armenta y López.
Aquel grupo de inconformes exigen la entrega de 820 plazas directas en el servicio profesional docente, sin la necesidad de llevar a cabo exámenes que midan su capacidad.
