Mariana Yáñez Unda es una mujer abogada oaxaqueña. En sus tareas convergen dos frentes de lucha que hay en la actualidad: la defensa de mujeres indígenas y la defensa del medio ambiente. Le preocupa la situación del planeta y el desmedido consumismo de los habitantes. Es vicepresidenta de Litigio Estratégico Indígena, una asociación que postula que el litigio puede cambiar el mundo.
Hace algunos años, en 2018, Litigio Estratégico Indígena promovió y ganó un amparo para rescatar los ríos Salado y Atoyac en Oaxaca, ¿qué ha pasado desde entonces?
Debemos recordar que después de un litigio que duró tres años, Litigio Estratégico Indígena obtuvo la primera sentencia que ordena rescatar dos ríos oaxaqueños. La entonces jueza primero de Distrito Elizabeth Franco Cervantes emitió una sentencia que ordena a autoridades federales, municipales y estatales coordinarse para el rescate de los ríos oaxaqueños. No obstante, desde el 2018 a la fecha las autoridades solo han simulado y no han realizado acciones sustantivas.
¿Cuál es el reto más grande al que se están enfrentando?
Nos hemos enfrentado a la insensibilidad e indolencia de la autoridad judicial federal y de las autoridades responsables.
Las autoridades responsables, entre ellas, la Comisión Nacional del Agua y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales no han dado cumplimiento a la sentencia de amparo y no tienen ningún interés en cumplir. La Secretaría del Medio Ambiente, Biodiversidad, Energía y Sostenibilidad no han realizado ninguna acción sustantiva para el rescate de los ríos. Es posible que ni siquiera hayan considerado el rescate de los ríos dentro de los presupuestos de 2024.
¿Han notado alguna buena intención por parte de los municipios que están obligados a cumplir la sentencia de amparo?
No, ninguna. Las autoridades responsables municipales solo informan acciones cosméticas o que realizaron reuniones de trabajo, pero ninguna de ella ha realizado acciones sustantivas.
El municipio de Oaxaca de Juárez no sólo no ha rescatado los ríos, sino que los ha contaminado aún más, pues ante el problema de la basura que le reventó al presidente actual, pusieron el “centro de transferencia” en las riberas del río Atoyac, contaminándolo aún más con los lixiviados. Al juez de Distrito le informamos de esta circunstancia, pero solo pidió informes a la autoridad municipal. De cualquier manera, no hay acciones sustantivas. Al parecer solo se busca transferir el “problema” para las nuevas administraciones municipales.
¿Qué van a hacer para que la sentencia se cumpla?
Vamos a seguir presionando. Lo que es muy difícil pues la mayor parte de la ciudadanía oaxaqueña no quiere participar. Hemos encontrado una ciudadanía apática.
Vamos a solicitar al juez de Distrito que asuma su potestad e inicie el procedimiento de inejecución previsto en la Ley de Amparo y posteriormente, se destituya a los incumplidos y se les ponga a disposición del Ministerio Público. Es posible que, a partir de ese momento, las autoridades ambientales se pongan a trabajar en el rescate de los ríos oaxaqueños.
¿En verdad, cree usted, que los ríos oaxaqueños tienen esperanza?
A veces el desánimo llega a nosotros. Sobre todo, cuando vemos la indolencia de las autoridades ambientales. Pongo un ejemplo, el director general de la Conagua ha recibido cuatro recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en las que se le señala como violador de derechos humanos ambientales, pero ello no les quita el sueño.
Es necesario seguir presionando, en esta nueva etapa empezaremos a promover quejas contra los jueces y juicios políticos contra las autoridades ambientales omisas por la gravedad de las omisiones en las que han incurrido y tienen contaminados los ríos del país. No cejaremos, ni nos desanimaremos. Los ríos tienen esperanza por el bien de nuestras hijas e hijos.