La exención marca la historia política de Oaxaca y muestra cómo se privilegia la injusticia sobre la verdad, la opacidad sobre el dolor de las víctimas, la omisión de aplicar los estándares internacionales de derechos humanos
Texto: Karen Rojas Kauffmann/ El MuroMx
Oaxaca de Juárez.- Un tribunal colegiado liberó este viernes a Lizbeth Victoria Huerta, exalcaldesa de Nochixtlán, imputada por el secuestro y la desaparición de la activista Claudia Uruchurtu en 2021. La exención llega después de que la exalcaldesa permaneciera cuatro años en prisión preventiva, acusada de ser la autora intelectual de la desaparición de la activista.
“Este 13 de diciembre de 2024 será una fecha simbólica de cómo en Oaxaca, la Sala de Justicia Indígena y Quinta Sala Penal Colegiada del Tribunal Superior de Justicia del Estado, han decidido modificar a modo la sentencia dictada en contra de Lizbeth Victoria Huerta, Nelci Yanet o Nelci Yanex Vásquez Jiménez y Juan Antonio Hernández Martínez, para facilitar su libertad y tender un manto de impunidad por la desaparición forzada de nuestra hermana Claudia Uruchurtu Cruz”, advierten Elizabeth y Sara, hermanas de la activista víctima de desaparición forzada.
La decisión fue posible, en principio, gracias a la jueza María Teresa Quevedo Sánchez, quien reclasificó el delito de desaparición forzada por el de obstrucción de la justicia en las acciones de búsqueda e investigación, modificando así una pena de 40 años por la de 4 años y 2 meses de prisión.
Claudia Uruchurtu llevaba ya varios años denunciando los desfalcos, el desvío de recursos y los abusos de poder en esa comunidad de la región mixteca oaxaqueña, donde siete de cada 10 habitantes viven en situación de pobreza o pobreza extrema, según datos oficiales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
“Sobre la conciencia de Margarita Leonor Gopar Pérez, Luis Enrique Cordero Aguilar y Abraham Isaac Soriano Reyes, magistrada y magistrados que decidieron modificar la sentencia pesará esta decisión que marca la historia de Oaxaca y muestra cómo se privilegia la injusticia sobre la verdad, la opacidad sobre el dolor de las víctimas, la omisión de aplicar los estándares internacionales de derechos humanos sobre una interpretación limitada, en otras palabras, privilegiar favores al Gobernador del Estado Salomón Jara y a la 4T, antes que favorecer la justicia”, recriminaron las hermanas.
La rebeldía y el anhelo de justicia
De acuerdo con la ficha de búsqueda, Claudia Uruchurtu, de 48 años, vestía con una chamarra de mezclilla color azul oscuro, una camiseta blanca, unos jeans y una gorra negra. En la última protesta donde se le vio, vecinos de Nochixtlán se manifestaban porque un empresario que había ido al Ayuntamiento a cobrar una factura que le debían las autoridades, acabó golpeado y detenido. La golpiza llegó a tal punto que el hombre sufrió una fractura de cráneo y los manifestantes exigían que fuera liberado y trasladado a un hospital para recibir atención médica.
“Nuestra voz es de enojo e impotencia, porque sabemos que tenemos la razón. también de dolor, porque queríamos un cambio en nuestro Estado, pero a pesar de ello, queremos también decirles al Gobernador del Estado, a la Presidenta del Tribunal, a la Magistrada y Magistrados, inclusive a la Presidenta de la República Claudia Sheinbaum, que esto no nos va a detener en nuestra exigencia de verdad, justicia y reparación; seguiremos luchando para acceder a la justicia, ahora desde el ámbito internacional y buscando a nuestra hermana, hasta encontrarla”.
Claudia Uruchurtu tiene nacionalidad mexicana y del Reino Unido. Su caso ha llegado hasta las puertas del Parlamento británico, donde los representantes de las familia han hecho exhortos al Gobierno mexicano para esclarecer los hechos. La Organización de las Naciones Unidas también se ha unido a los reclamos para su aparición con vida, junto a varias asociaciones civiles nacionales y estatales.
“Tengo un sueño. Intento hablarle a Claudia. Claudia habla, pero no se dirige a mi. Yo intento hablarle, decirle que la están buscando, pero Claudia no escucha. Hay voces, en el fondo se oyen voces que dicen: –Sí, Claudia, te están buscando, pero Claudia no contesta porque las mismas voces no la dejan escuchar. Yo les pido a las voces que se callen, que me dejen hablar con Claudia, que guarden silencio… pero se va quedando atrás, muy atrás”, recordó en una entrevista para Corriente Alterna, su hermana Elizabeth.
La liberación de Lizbeth Victoria Huerta, exalcaldesa de Nochixtlán, expone la podredumbre que prima en el Poder Judicial de Oaxaca y su dependencia del poder ejecutivo. Fuera de ese espacio sin tiempo que dan los sueños, las hermanas de Claudia seguirán hurgando en aquella herida abierta: localizar a Claudia Uruchurtu.
Artículo inicialmente publicado el 29 de noviembre por El MuroMx