La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) ha lanzado este miércoles el informe Lenguas indígenas en el mundo digital. Inventario de recursos y carencias, que recoge una radiografía sobre el estado de la digitalización de las lenguas indígenas iberoamericanas, así como el acervo de recursos digitales del que disponen y su presencia en el ecosistema de la internet global.
El trabajo, liderado desde la Dirección General de Multilingüismo y Promoción de las Lenguas Portuguesa y Española de la OEI, ve la luz este 21 de febrero cuando se conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, una fecha que invita a poner en valor la diversidad lingüística mundial y que reivindica la necesidad de preservar y potenciar la digitalización de las lenguas indígenas, que en Iberoamérica suman alrededor de 800, de acuerdo con cifras de Etnologue.
Si bien “las lenguas podrían recobrar visibilidad a través del universo digital”, la falta de protocolos, fuentes, teclados y particularmente la falta de acceso a internet y de alfabetización digital de las poblaciones indígenas “han acrecentado la brecha entre las lenguas dominantes y las lenguas indígenas, lo que ha ocasionado una integración tardía y lenta de estas lenguas en la internet” a pesar del trabajo conjunto de universidades y otras instituciones de la región, de acuerdo con el informe.
Así, el trabajo señala que existen más de 5.500 recursos digitales lingüísticos en formato digital en cerca de mil sitios en internet y aplicaciones móviles, una presencia digital muy baja si se compara con lenguas autóctonas de otras regiones del mundo como África, Asia o Europa. El informe clasifica como recurso a aquellos sitios web, aplicaciones o herramientas digitalizadas que integren contenidos lingüísticos o que sean utilizables en iniciativas de digitalización de las lenguas.
Los países con más recursos para sus lenguas indígenas son México (1.900) Brasil (1.200) Perú (586), Colombia (498), Guatemala (279) y Paraguay (180), una situación muy dispar entre países, lenguas y número de hablantes, si se tiene en cuenta que solo las lenguas de México poseen más recursos digitales que lenguas como el quechua o guaraní, las dos con mayor número de hablantes en la región. En ese sentido, el zapoteco y el mixteco, de México, son las dos lenguas con mayor número de recursos, acaparando más del 10% del total del inventario.
En Brasil y Colombia la alta cantidad de recursos encontrados corresponde con el alto número de lenguas habladas, pero no necesariamente por la utilidad para sus hablantes. En Perú, Bolivia, Guatemala y Paraguay, por su parte, se ha encontrado un número significativo de recursos de sitios y aplicaciones de interés, aunque en número restringido.
Teniendo en cuenta el origen de los recursos, el informe apunta que la mayoría proviene del ámbito académico (40 %), seguidos de aquellos creados por asociaciones (27,2%), iniciativas comunitarias (12,7%) y personales (11,30%), así como entidades públicas (5,45%) y empresas (2,9%) como creadoras, animadores o difusores de los recursos.
En cuanto a la lengua de interfaz o primera lengua de acceso de los recursos, el estudio advierte que el 63,6% de ellos tiene como idioma de interfaz al inglés, mientras que solo el 1,8% de los recursos tiene a una lengua indígena como lengua de interfaz. El español por su parte es la lengua de acceso del 9,8% y el portugués solo del 1,05% de dichos recursos.
El informe señala que el 4,8% de los recursos registrados concierne a la enseñanza de la lengua, aunque mayoritariamente orientados a los hablantes no nativos. Igualmente, aún se advierte una escasa presencia de herramientas lingüísticas elaboradas como traductores automáticos, reconocimiento del habla, corrección de textos, subtitulados u otras herramientas de análisis y síntesis de la lengua.
Asimismo, el informe indica que solo 12 lenguas indígenas iberoamericanas (quechua, guaraní, maya, aimara, náhuatl, bribri, k’iche’, nhengatu, totonaco, otomí, triqui y kaqchikel) tienen presencia en los grandes buscadores o aplicaciones de idiomas de uso masivo en internet como Google, Bing, Duolingo, Aikumi o Wikipedia.
Para contribuir a contrarrestar esta situación, el documento finaliza con una serie de recomendaciones entre las que destacan el fomento de políticas que apunten a la alfabetización digital de las poblaciones creadoras – antes que a las consumidoras – de productos digitales, así como el trabajo mancomunado con activistas digitales o el establecimiento de prioridades en materia de herramientas que eviten lo “superfluo y repetitivo” en el fomento de las lenguas indígenas.