Un grupo de familiares, a través de Tejidos Solidarios, decidió crear la primer red nacional de familias de periodistas asesinados y desaparecidos, ante la impunidad y la invisibilización de los crímenes contra periodistas en México.
El objetivo de esta red es acompañar y defender a las familias de periodistas víctimas de la violencia, con el objetivo de generar alianzas para combatir la inacción de las autoridades.
La red está conformada por esposas, hijos, hijas y hermanas de seis periodistas víctimas de la violencia en Michoacán, Chihuahua, Sinaloa y Oaxaca. Tres han desaparecido: José Antonio García Apac, el 20 de noviembre de 2006; Mauricio Estrada Zamora, el 12 de febrero de 2008, y Ramón Ángeles Zalpa, el 6 de abril de 2010, y tres fueron asesinados: Miroslava Breach Velducea, el 23 de marzo de 2017; Javier Valdez Cárdenas, el 15 de mayo de 2017, y Gustavo Sánchez Cabrera, el 17 de junio de 2021. Desde el año 2000, en el país suman más de 150 periodistas asesinados y 35 desaparecidos.
Griselda Triana, viuda del periodista Javier Valdez Cárdenas, declaró que es importante su creación o surgimiento porque también tienen mucho que exigir y señaló que el Estado tiene una deuda no nada más con las y los periodistas víctimas, sino también con las familias que están en la búsqueda de justicia.
La integración de la red es resultado de un trabajo formativo de tres años realizado por la organización Propuesta Cívica, que asesora en la exigencia de justicia y reparación del daño a familias de periodistas víctimas de la violencia.
“Tenemos la claridad de que debemos estar bien nosotras para poder seguir, continuar en la búsqueda de justicia”, indica Triana. “Si nosotras no estamos bien, si no nos preparamos, si no tenemos acceso a la información o si no tenemos a una organización como la que nos acompaña, pues la situación es mucho más compleja”, manifestó Griselda Triana.
De la misma forma expresó que ante el alto índice de violencia contra quienes ejercen el periodismo en el país es necesario que las familias se organicen para que todos los casos sean atendidos con la misma diligencia por parte de las autoridades, ya que actualmente algunos reciben una gran atención —como sucedió con los asesinatos de su esposo y de Miroslava Breach Velducea—, mientras que otros son ignorados.
A este hecho se agrega el arduo camino en la búsqueda de justicia de los familiares, que a menudo son revictimizados, al ser violentados por las autoridades y, en ocasiones, por los mismos autores intelectuales y materiales de las desapariciones y asesinatos de sus seres queridos.
“Hay familias perseguidas, amenazadas y desplazadas de forma forzada de sus comunidades de origen, familias que enfrentaron la omisión, la indolencia y la impunidad del sistema judicial mexicano. Después de estas experiencias se identificó la importancia de la articulación [de la red]”, señaló Triana.