Por: Dimas Romero González
Dos sucesos motivan esta colaboración semanal, el primero es la lucha cada día más radical de egresados de las ocho Normales Rurales de Oaxaca, que solicitan ser contratados por el estado; el segundo es la labor que la Asociación Mexicana de Oftalmología con sus Líderes Comunitarios en Salud Visual está realizando con diagnósticos y medidas de prevención, en enfermedades de la vista.
Ambos casos necesitan analizarse, tanto en sus aspectos negativos como en los positivos, de manera separada y, a la vez en conjunto, por el papel que pueden jugar en el desarrollo de la conciencia de la sociedad en Oaxaca, propiciando luchas más radicales que en otras entidades.
Los primeros, organizados en la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO) que aglutina a las once instituciones del estado, en plantón durante casi un mes frente a las oficinas de la Sección 22 de la CNTE, escalan en su radicalismo cada día, hasta llegar al saqueo de vehículos de empresas comercializadoras, la quema de llantas y vandalización en el Palacio de Gobierno, ante la negativa del Estado de contratar de forma directa a más de 800 egresados. Por las negociaciones de estas plazas docentes, han estado sujetos a los acuerdos de la Sección 22 con el Instituto Educativo Estatal de los Pueblos de Oaxaca (IEEPO), pero al debilitarse los grupos hegemónicos de los últimos tiempos, ante las pugnas internas al interior del sindicato, el sometimiento a los gobiernos en turno y el nulo respeto a las demandas de sus agremiados, los miembros del CENEO han visto cada vez menos soluciones en sus contrataciones, por lo cual intentan independizarse del magisterio. El nuevo gobierno, consciente del peligro que esto representa, intenta regresarlos al redil, lo que ha provocado su radicalización.
Por su parte, los oftalmólogos, con el empobrecimiento de la sociedad mexicana, han visto disminución de su trabajo y un aumento alarmante de los problemas visuales, por lo que al buscar una manera de contrarrestar estos fenómenos, han descubierto que las personas no se curan la vista por la pobreza en que viven, por ello, en los hechos, han comprobado que dependen uno de otro, que acercar los servicios de salud a las comunidades permite ubicar a quienes pudieran contratar sus servicios, si se les da facilidades de acceso a tratamientos y curaciones, cuestión que a falta de ayuda gubernamental, gestionan con la iniciativa privada y fundaciones filantrópicas, para otorgar descuentos y subsidios.
Hasta aquí los hechos. Ahora veamos lo que un análisis sistemático debe brindarnos al respecto.
La realidad exige que el CENEO se replantee su naturaleza misma como organización, porque al no haber evolucionado como movimiento social, está en peligro de someterse al nuevo gobierno, bajo un control aún más riguroso y autoritario que con los anteriores. Por lo tanto, solo podrá resistir los embates si deja de ser una herramienta de la seudoizquierda, para convertirse en una organización auténticamente revolucionaria, si encabezan genuinamente las demandas de los estudiantes y si no reduce su lucha a los intereses de éstos. Solo viendo en los padres de los miles de niños oaxaqueños sin escuela a sus aliados en el combate contra un Sistema que los educa, certifica y lanza a la vida laboral, pero que se inventa un examen para negarles una plaza y para no invertir en la educación de los mexicanos, podrán enriquecer sus luchas. Por ejemplo, según el IEEPO en la entidad hay 72 mil 886 alumnos indígenas en nivel preescolar, mientras que en primaria, hay 117 mil 876. Al respecto, según el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), 46.7% de escuelas de los primeros son atendidas por un solo docente, mientras que el 63% de las primarias son escuelas multigrado con un máximo de tres maestros.
Pues bien, la naturaleza misma de estos dos grupos sociales y la dinámica en que se hayan inmersos, permite pocas posibilidades de que se transformen o se encaminen en la ruta que planteo y que es una exigencia de las condiciones políticas, económicas y sociales de Oaxaca. Por tanto, ante la incapacidad de la izquierda para autentificarse y las pocas posibilidades de los actuales movimientos estudiantiles para generarla, se hace urgente la formación de congresos, conferencias, círculos de lectura y discusión entre los jóvenes de la tierra de Benito Juárez, Porfirio Díaz, José Vasconcelos y los Flores Magón, para empezar a defenderse ellos mismos y a nuestro pueblo, que ha esperado por cientos de años la llegada de la ansiada y prometida redención.
Porque se requiere el influjo y la participación de una fuerza más estructurada, más preparada intelectual, organizativa y económicamente, que pueda respaldar y complementar sus luchas gremiales o sectoriales, para convertirlas en una lucha más profunda y abarcadora, en la lucha por la toma del poder en nuestro país, para ponerla real y verdaderamente al servicio de las clases trabajadoras.
En ese sentido, es de vital importancia que profesionistas y estudiantes se den a la tarea de ir a ver al pueblo mexicano que sufre las carencias de todo y con sus conocimientos y dirección, primero ayudarlo a enfrentar su problemática concreta, remediándola en la medida de lo posible, después, hacerle conciencia de que eso solo será un mejoralito, una aspirina, que sus problemas se resolverán de fondo, cuando se decida a poner en acción la gigantesca fuerza que descansa sobre su número y a tomar el poder de este país, poniendo a sus mejores hombres y mujeres al frente, para tomar el futuro por asalto.